Capítulo 15

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El Furia Nocturna había regresado justo en el hueco donde había dejado a su jinete, pero no había señal de él ni de la pelirroja a los alrededores.

Pensó en entrar al agua por un instante, pero justo antes de intentarlo, más al centro de la ruptura del hielo, apareció Hiccup abrazando a la pelirroja con un brazo para irse a la orilla.

Llegando al hielo, Hiccup luchaba por intentar aferrarse para salir, pero sus dedos, acalambrado del frío, resbalaban y Merida era un peso muerto.

Chimuelo voló a la altura de este para llegar y pescarle de las prendas para ayudarlo a salir.

-Gra-Gra-Gracias ami-migo- Castañeó Hiccup.

Su cuerpo temblaba demasiado, sus manos haciendo movimientos torpes por tomar el rostro de Merida.

-Mer des-despi-pierta – La removió ligeramente.

El dragón pegó nariz y hocico a la espalda de Hiccup para brindarle el calor que su cuerpo emanaba a sus escamas.

Con delicadeza la removió de los hombros, la recostó en el hielo y comenzó a hacer presión constante en el pecho de Merida.

-¡Maldita sea! ¡Despierta! -Gritó desesperado.

Chimuelo le ayudó dándole un golpe con sus almohadillas de las patas, y con esta fuerza la pelirroja tosió agua para comenzar a toser.

Gritó Merida del frío para abrazarse mientras su cuerpo comenzaba a temblar igual a Hiccup.

-¿Estás bien?

Merida asintió con la cabeza, pero después comenzó a negar temblando aun más.

-Ven, debemos irnos – Dijo Hiccup mirando alrededor.

Subieron a Chimuelo con lentitud, y cuando el castaño estuvo arriba, observó cómo la gente del Sur se llevaba cargando los cuerpos de los príncipes muertos.

Mientras que Ann volaba al castillo, Kristoff no dejaba de temblar.

-Estate quieto -Le gruñó Jack con intolerancia.

-Es fácil para ustedes – Tembló – Este dragón me congela el trasero.

Jackson mantenía a Elsa despierta. Sentía su sangre tibia resbalar por sus piernas, y al hecho de que Ann es de hielo y nieve, provocaba que la sangre resbalara y se ampliara por una parte del cuello del dragón.

La reina comenzó a tener sangre en sus labios que comenzó a toser.

-No, demonios, no -Jackson se apartó su poncho marrón para cubrir la herida de la platinada que a su vez con su mano con cayado mantenía congelada la abertura para evitar que se desangrara.

Limpió sus labios con un pedazo de su poncho y con su otra mano le sostuvo más cerca de él.

Elsa estaba perdiendo visión de su alrededor, Jackson apenas se veía claro y no tenía ya el sentido del tacto, era cuestión de segundos que cerrara los ojos.

Ann descendió al patio principal del castillo, haciendo que las personas y guardias cerca comenzaran a dispersarse.

Guardias corrieron al costado del dragón cuando agachó la cabeza y pegó su cuerpo al suelo para dejar bajar a su Reina.

-¡Reina Elsa!

-Está herida -Avisó Kristoff bajando primero.

-¡El demonio! -Uno gritó y le apuntó con su espada al peliblanco, haciendo que otros también le apuntaran.

The Snow Queen. 2do libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora