Capítulo 8

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Hola lectoras, este capítulo es ligeramente más largo que los anteriores.

Espero y lo disfruten :3

El peliblanco miraba al hombre aun inconsciente sobre la paja donde le recostaron encimas de grandes cobijas y pieles.

A su lado, Hada estaba mirando igual al hombre y después al caballo.

-No sé si logren curarse -Dijo después de verlos – Anoche palpé al caballo y tiene rota una costilla, el hombre tiene rota su muñeca.

Jack frunció con levedad su ceño, después alivianó su expresión para llevar su mano a su bolsillo interior a su poncho marrón.

-Toma, ayúdalo con esto.

-Las plantas medicinales que te di -Dijo Hada - ¿No las ocupaste?

-No fue necesario, que bueno o de no ser así no tendríamos cómo curarlos.

Se dio vuelta para irse, pero le llamó el espíritu de nuevo.

-Su barco ¿Ya llegaron?

-No tardaran, debo irme.

-¿Estarás ahí?

No le contestó, no quería hablar con ella sobre estos temas, ya después se enteraría. La dejó atrás una vez más.

Como había dicho, el barco vikingo no había tardado en llegar a las gruesas orillas del hielo sobre el agua.

-Identifíquense – Ordenó el primer guardia de tropas vigilantes.

-Hiccup Haddock, jefe al mando de Berk -Habla el castaño igual de alto para hacerse escuchar.

A su lado apareció la pelirroja.

-Princesa Merida de Dunbroch y de los clanes.

El primer guardia miró dudoso a la pareja sobre el barco, pues no contaban con guardias, nada de acompañantes.

-¿Vienen acompañado de alguien más? -Cuestionó, pues el guardia sabía que Berk era la isla de vikingos jinetes de dragones ¿Por qué no traería uno?

Pues descartó sus dudas cuando el Furia Nocturna apareció levantando sus grandes alas para subir a lo alto de la vela mayor.

Los guardias miraron asombrados y temerosos del animal, mientras que Hiccup estaba firme con la barbilla en alto con orgullo.

Fueron escoltados al castillo en caballo apartados de sus armas.

Habían ordenado a Hiccup que mantuviera al margen a su dragón sin ocasionar escándalo.

Así que Chimuelo aprovechó de volar por los cielos del reino, provocando el mismo efecto de asombro y miedo en los ciudadanos de Arendelle.

No sólo ellos lo miraron, la reina lo miró volar desde su balcón frente al castillo con vista a su reino.

El Furia Nocturna a rebasó el gran castillo de hielo para dejarlo atrás.

-Ahí vienen -Comenta Kristoff apareciendo a un lado de Elsa - ¿Cree que se unan o estén en desacuerdo?

-En desacuerdo, definitivamente – Contesta dándose vuelta para esperarlos en el gran comedor de reuniones.

-Tendremos que echarlos del reino.

Minutos después, Merida e Hiccup entraron con la escolta de guardias al gran salón frente al trono de hielo donde la reina los esperaba.

El guardia presentó a ambos, para que después estos dieran una leve reverencia ante la platinada.

The Snow Queen. 2do libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora