Capítulo 10 *Mericcup*

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Desde los arbustos escondidos miraba hacia el mar congelado, justo al filo del hielo grueso dónde los dos barcos de los reinos se habían quedado estancados.

Ambos barcos habían sido atravesados por las grandes púas de hielo que la reina había provocado.

Unos pasos detrás de él le hicieron girar al saber de quién se trataba.

Ahí estaba de pie a su lado, mirando a los barcos con los brazos cruzados.

-¿De verdad? ¿Necesitas mi ayuda tú? -Pregunta con sarcasmo el gran animal.

-Quiero tu ayuda, no quiero que molestes -Contesta el peliblanco - Te explico, hay dos situaciones, ir por las armas dentro de los barcos y por el caballo de Merida. Voy por el caballo, tú encárgate de las armas.

-¿Qué acaso me viste cara de marsupial? No soy ningún canguro para estar cargando cosas.

-¿Qué no lo eres? -Pregunta igual con sarcasmo.

-Ah -Conejo levanta sus orejas y cejas tras esa pregunta ofensiva a su raza de animal - ¿Quieres que te ayude o no?

-Si vas a estar fastidiando, no.

-Ya relájate, voy por las armas.

-Te veo en 20.

Y ambos desaparecieron de la visión para infiltrarse a sus objetivos.

Durante ese tiempo, en la posada de los viajeros se encontraba a las afueras Chimuelo recostado detrás de una gran cantidad de arbustos y pinos.

Había un puente de piedra que conectaba con el área de la posada con el bosque a más a fondo.

Su jinete no lo dejaría solo, pues si estarían alojados ahí sin llamar la atención, su dragón deberá estar solo, por ahora estaba con él.

Unos pasos se aproximaron, captando la atención del animal levantando ambas orejas negras.

Merida caminaba con dos platos de madera con comida, a su lado le acompañaba Eugene, con nervios mirando al animal.

Sentía sus rodillas temblar, sabía que no debía sentirse así, Hiccup no lo dejaría atacarlo, pero aun así era un animal imponente en todos los sentidos.

Chimuelo comenzó a gruñir tras la presencia de ese desconocido, cosa que Eugene le hizo detenerse.

-Calma Chimuelo, es un nuevo amigo -Dijo el castaño acariciando el puente de su nariz.

El dragón borró su agresiva expresión por una de seriedad y ternura.

-Vamos, es cariñoso -Murmura Mer a Eugene para caminar después al animal con toda confianza de poder acariciarlo igual de su puente hasta detrás de sus orejas con el dorso de su mano.

Tal acto le hacía sonreír al animal mientras miraba a la pelirroja.

-¿Y por qué se llama Chimuelo?

Hiccup le indició con un movimiento de cabeza al dragón para que le mostrara.

Logrando ocultar sus colmillos mientras sonreía y liberaba su lengua por un costado.

Eugene sonrío ante eso.

-Anda, acarícialo.

-Eh no, creo que no -Eugene tomó asiento en una roca -Aquí estoy mejor, de lejos.

Merida niega mientras le entrega un palto a Hicucp.

-¿Y esto? -Pregunta curioso el castaño de ver la comida.

The Snow Queen. 2do libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora