Capítulo 13

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Los acuerdos eran los siguientes:

1-Reunirse a las doce del día a la entrada del reino de Arendelle, frente al muro del hielo.

2- Negociar las vidas de ambos príncipes, William y Hans.

3-Si había alguna aparición por intentar rescatarlo sería asesinado de inmediato.

Esas fueron las instrucciones que dejaron en claro cuando capturaron al príncipe, pues en ese momento fue sólo a él para dejar libre a los otros hombres y que estos dieran el mensaje.

-Esperemos que a tu hermano le importe tu vida – Le amenazó la reina antes de encerrarlo.

Ahora mismo había ido a su biblioteca, andaba hojeando algunos libros entre la oscuridad de la madrugada con algunas pocas velas prendidas.

No había dormido nada aquella noche creando a las criaturas y encerrando al príncipe.

Ann estaba pasando de un hombro a otro de la platinada, ésta lo tomó en su mano para dejarlo sobre el gran escritorio que había frente a la chimenea.

El dragón aleteó con agilidad para volar de un lado a otro por la biblioteca, entonces comenzó a silbar con su pequeño rugido.

La ojiazul buscó con la mirada a lo que le estaba molestando a Ann, entonces lo vio en las sombras.

-Me sorprende la facilidad que has adquirido para entrar a mi castillo.

Los azulados ojos de Jack emanaron de la oscuridad junto a él y su cayado de caireles brillando con un paso delante de la chimenea.

Jack miró al dragón sobre el estante de los libros y de nuevo a su reina.

-¿En serio? ¿Un dragón?

-Necesito mantener ocupado al dragoncito de tu amigucho.

La mirada del peliblanco era sombría, tanto que a Elsa le daba inseguridad.

-Vengo por el príncipe Will, y no te estoy pidiendo permiso, me lo voy a llevar ahora – Habló con firmeza y con voz ronca.

-No lo harás -Dijo dando un paso hacia a él sin intimidarse ninguno de los dos - ¿No lo ves? Estoy a un paso de conseguir justicia, todo esto habrá terminado.

-Diste inicio a una guerra que no era necesaria.

-Claro que lo era, además jamás pedí una guerra – La mujer miró a Jack con anhelo – Por favor, únete a mis guardias, a mí y verás que al final de todo esto estaremos los dos juntos, reinando como quisimos.

Jack suspiró llevando una mano a la mejilla de Elsa, y ésta dio otro paso para quedar pegando su pecho al suyo.

-Seríamos reyes de Arendelle – Continuó Elsa – Lideraríamos juntos la justicia de nuestro reino, nos respetarían aun más de lo que hacen.

-Sabes que no viviremos juntos la eternidad que vivo- Murmura Jack acercando su rostro al de ella.

-Sería capaz de buscar la inmortalidad para vivir contigo.

-Reinaríamos por siempre.

-Por siempre -Repitió Elsa con ilusión, estando ambos rozando sus narices.

Jack colocó su mano con el cayado detrás de Elsa para acercarla más.

-Eres una reina poderosa – Jack comenzó a rozar sus labios con los de Elsa – Y siempre lo serás, en mi corazón y en los de tu reino.

Elsa cerró sus ojos para pegar sus labios a los de Jack, pero un terrible ardor atravesó su espalda.

Abrió sus ojos con dolor para ver los ojos fríos y sin emoción de Jack.

The Snow Queen. 2do libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora