Capítulo 5

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A las cinco y cuarto oigo a alguien llamar a mi puerta. Como era de esperar, era Taehyung. Abro la puerta y lo observo de arriba abajo intentando que no se note mucho, debo confesar que está muy guapo. Siempre lo está, cualquiera se daría cuenta. Me mira con una amplia sonrisa que parece ser una disculpa, pero yo carraspeo y miro mi reloj de mano.

- ¿No es un poco tarde? -le recrimino.

- Debes aprender a relajarte, ¿sabes? Te estás perdiendo cosas hermosas de la vida con tanta rectitud y seriedad -me responde, pasando a mi casa sin haberle dado permiso.

No me estoy perdiendo las cosas más hermosas de la vida, una de las cosas más hermosas de esta vida está ahora mismo entrando a mi casa. Espera, ¿he pensado yo eso? Suspiro profundamente intentando relajarme, Tae es guapo, es normal pensar así y eso no significa nada. Cierro la puerta tras su paso y le indico dónde tiene que sentarse. Debo reconocer que me intimida tener a uno de los chicos más guapos y populares de la universidad aquí. Me siento a su lado y empiezo a sacar libros y apuntes.

- ¿Qué dudas tienes? -le pregunto.

- ¿Todas? -me responde sonriendo.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? -él asiente- ¿Haces todo este esfuerzo solamente por el béisbol? -lo miro.

- Puede que parezca que no, pero tengo otras preocupaciones en la cabeza, ¿sabes? -sonríe amargamente.

- Disculpa. Bueno, podemos empezar con la autoría y la participación, ¿de acuerdo?

Tras una hora y media explicándole varias cosas sobre la materia descubro que me está mirando fijamente, por lo que ya no puedo concentrarme demasiado. Cometo errores al explicar y me quedo pensando todo el tiempo.

- ¿Tengo algo en la cara? -pregunto levemente molesta.

- Verás, es que se nota que esto te apasiona. Eso es inspirador -me explica.

- Ya, gracias pero... No te veo concentrado. ¿Quieres tomar un descanso? -propongo.

- ¡Genial! Pensaba que no lo dirías nunca. Oye, podríamos hacer algo. ¿Quieres acompañarme a buscar a mi hijo? -me suelta, tardo un rato en responder.

- Tu hijo, ¿eh? Tienes un hijo, ¿es eso lo que dices? -me muestro incrédula.

- Algo así.

El corazón me va a mil mientras nos aproximamos a su casa, no me puedo creer que tenga un hijo. Tal vez por eso tenga tan bajas calificaciones. Al llegar contemplo la casa asombrada, es enorme y preciosa, con un toque moderno. Me pide que espere fuera, que no tardará, y yo asiento incapaz de articular palabra. Cuando sale de su casa veo a su lado y atada a su mano una figura pequeña y peluda. ¿Es un perro?

- Tachán... Este es Yeontan, es su hora de salir y pensé que estaría bien a modo de descanso.

Durante unos segundos soy incapaz de decir nada porque no puedo parar de reír, de verdad pensé que iba a salir con un pequeño agarrado a su mano. Cuando le explico lo que sucede empieza a reírse a carcajadas también, reconoce que no se expresó de la mejor manera. Paseamos a Yeontan juntos durante media hora por el vecindario, encontramos durante el camino a gente conocida y me ruborizo por lo que puedan pensar. Hablamos de muchas cosas, comparte sus auriculares conmigo y descubro varias facetas de él.

- Nunca habría dicho que tenemos un gusto musical muy parecido -le dije.

- Ni yo. No te ofendas pero, tal y como te veo, pareces ser una fan de la música clásica o algo así, no parecen gustarte las fiestas -me confiesa.

Imagina con Taehyung: vida universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora