Imagina con Taehyung: vida universitaria

Capítulo 18

Nate me sorprende gratamente cuando estaciona frente a un restaurante italiano, hace muchísimo tiempo que no pruebo nada diferente y, aunque adoro la gastronomía coreana, debo reconocer que debía salir cuanto antes de ese círculo vicioso. Cuando nos bajamos tengo miedo de fijar mucho la pierna al suelo, se supone que debería seguir guardando reposo. Justo cuando voy avanzando unos pasos, Nate me agarra del brazo para servirme de apoyo y no forzar mi pierna. Yo agradezco la ayuda y me río por lo bajo.

- ¿Qué te hace tanta risa? -pregunta mientras nos aproximamos.

- Nada, solamente que parezco una señora mayor -enarco una ceja sonriendo de lado.

- Ya me gustaría verte a mi lado, agarrándote del brazo, hecha una señora mayor.

El comentario me parece tan bonito e improcedente a la vez que decido reflexionar al respecto en el corto camino que nos queda hasta la puerta del italiano, y permanezco en silencio sonriendo sin apenas darme cuenta.

- Lo siento, tal vez estoy yendo demasiado rápido -me dice repentinamente.

- Ya conoces mis sentimientos, ojalá pudiera corresponderte -respondo apenada.

Ocupamos una mesa y el camarero nos atiende en cuestión de minutos, yo me pido una lasaña y él unos espaguetis a la carbonara. Hablamos de todo un poco mientras llega la comida, la cocina desprende unos olores maravillosos que nos hacen tener más hambre todavía. Sorprendentemente, Nate es muy gracioso y me hace olvidar a Tae un tiempo. Cuando llega la esperada pasta ambos nos precipitamos a los platos como si lleváramos toda la vida pasando hambre.

- Mira, estos espaguetis a la carbonara me corresponden perfectamente -bromea él.

- Pues creo que no hay mejor pareja en tu vida que la comida -río por lo bajo.

- Bueno, ¿qué me cuentas sobre tu familia? -curiosea él.

- Mi madre es arquitecta, mi padre empresario y mi hermana Haneul estudia en el primer curso del instituto. Mi padre me contagió el amor por todo este ambiente oriental -juego con el tenedor en el plato.

- Bendito sea tu padre -sonríe de lado, insinuante.

- No digas tonterías -me sonrojo y, con torpeza, hago caer el vaso de mi bebida manchando todo el mantel.

- Vaya, ¿te encuentras bien? -me dice Nate recogiendo el vaso.

- Sí, perdona. Qué torpe...

Cuando intento secar un poco el charco de agua que he dejado sobre el mantel mi mano roza con la de Nate, nos miramos unos segundos a los ojos sin saber qué hacer y, rápidamente, aparto mi mano y miro hacia otro lado.

- No se preocupen, señores. Yo lo limpiaré, ¿necesitan algo más? -interviene el camarero.

Justo a tiempo.

- Muchas gracias, disculpe las molestias. Ya vamos a pagar -responde Nate.

Por mucho que he insistido, no he logrado conseguir que Nate me dejara pagar, al menos, una parte de lo que hemos consumido. Hoy se ha portado francamente bien, y ya le debo otra por el hecho de haberme invitado a comer. Durante el camino de vuelta a casa apenas nos dirigimos la palabra, nos cuesta mucho, ha sido un poco incómodo. Cuando llegamos a mi casa me bajo y él intenta ayudarme, pero se lo impido.

- Muchas gracias, Nate, no quiero ser una molestia durante más tiempo -hago una leve reverencia y me apresuro a subir las escaleras.

- Estás preciosa. Hasta luego -me sonríe y se pone en marcha al instante.

Toco mis mejillas que deben estar ligeramente sonrojadas, siempre me pasa lo mismo. Suspiro pausadamente y me relamo terminando de subir las escaleras que me faltaban para llegar a mi apartamento. Cuando cierro la puerta tras de mí me apoyo en ella cerrando los ojos y reflexionando, durante el breve tiempo que puedo, sobre lo que ha pasado hoy. Una llamada de Skype me saca de mis reflexiones y me hacen sentirme exasperada, ¿queda algo más por hoy? No recuerdo haberle dicho a mi familia nada sobre hablar hoy. Cuando abro el portátil descubro a Iseul y Hana en la pantalla.

- ¿A qué se debe la sorpresa? -inicio la conversación.

- Sin rodeos, tenemos algo que proponerte y no lo puedes rechazar -dice Hana.

- Sorpréndeme -la miro inquisitiva.

- Verás, creo que no te va a gustar la idea, pero te necesito -interviene Iseul.

- Ya me está dando miedo, ¿de qué se trata?

- Los chicos quieren hacer una pijamada hoy por la noche, nos preguntábamos si te apetecería venir -suelta Hana.

- Ni de coña -respondo tajantemente.

- ¡Espera! Eso no es todo. T/N, los chicos te echan mucho de menos, saben lo que pasó y están igual de incómodos que tú, quieren verte. Tae no va a ir, ya hemos confirmado eso. Podrías invitar a Nate, los chicos están de acuerdo. Además... -Iseul se frena en seco.

- ¿Además? -insisto.

- Es la oportunidad de Iseul para lanzarse a por Namjoon -reconoce Hana.

- ¿Por qué siempre me rodean los problemas cuando están mis queridas Iseul y Hana alrededor? -pongo los ojos en blanco.

- Vamos... -Iseul hace un puchero.

- ¿De verdad que no va Tae? -pregunto de nuevo.

- No. De todas maneras, algún día te tendrás que enfrentar a él, T/N. Sigue siendo tu amigo -dice Hana.

- No, un amigo no te deja de lado ni cambia su forma de actuar por su novia. Chicas, de verdad, esto no es solamente por Hyeon o porque Tae tenga novia, sus actos han sido mucho peores... Da igual, no quiero hablar de ello, ¿a qué hora tengo que estar ahí? -pregunto finalmente.

Iseul suelta un grito de victoria que me hace reír irremediablemente. Una vez les cuento cómo me ha ido con Nate hoy terminamos la llamada y cojo inmediatamente mi teléfono. A pesar de que algo en mí se siente extraña por el hecho de que hayan invitado a Nate, decido mandarle un mensaje igualmente. La idea me hace mucha ilusión.

[Yo]

Hola Nate. Oye, ¿estás ocupado esta noche? (17:32)

[Nate]

Depende, ¿el plan es contigo? (17:34)

[Yo]

Podríamos decir que sí (17:39)

[Nate]

Entonces digo que sí, sea cual sea, pero dispara (17:41)

[Yo]

Eres un sol. Verás, los chicos van a hacer una pijamada en casa de Jungkook y me han invitado, también dijeron que podrías venir si querías, vienen incluso Iseul y Hana (17:43)

[Nate]

Por supuesto que iré, pero ¿no vas a estar incómoda con Tae? (17:44)

[Yo]

Eso no va a ser un problema, Tae no va a ir. De todas maneras, alguna vez tendré que enfrentarme a él, ¿no? Quiero pasar página, no puedo dejar a mis amigos de lado por él (17:47)

[Nate]

Vas por el buen camino. Te recojo a las nueve y media, hasta después (17:52)