Capítulo 8

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Cuando me quiero dar cuenta me veo en el coche de Tae, que conduce hacia un sitio que me suena de algo. Me sorprende la familiaridad por el poco tiempo que llevo aquí. Observo a Tae unos segundos y encuentro muchísima paz y confianza en él, me encanta la sensación que provoca en mí. Se da cuenta de que lo miro y sonríe.

- Sé lo que estás pensando. Piensas que debes estar loca para andar por ahí con un chico al que conoces de hace unos meses, en un lugar que apenas conoces tampoco, dando vueltas por ahí y que te arrepientes de no traer el spray, que puedo ser un perturbado -enarca una ceja mirando al frente.

- Justamente eso -sonrío en respuesta.

- Ya llegamos -el coche frena de repente y ya entiendo por qué me sonaba el camino.

- ¿La universidad? -miro mi reloj irónicamente- ¿No te parece un poco temprano?

- Tú sígueme -se desabrocha el cinturón y se baja del coche yendo en dirección de la puerta del copiloto, abriéndola también.

- Tae, ahora sí que espero que estés de broma -lo miro seria.

- ¿Tengo que llevarte a la fuerza otra vez?

A la vista de que no es una broma le hago caso y me bajo del coche en dirección al interior del edificio, sería peor que decidiera subirme a su hombro de nuevo y montar un espectáculo. ¿Qué pretende? Tae y yo llegamos a una de las paredes traseras del edificio y se pone el dedo índice en sus labios en señal de que guarde silencio, después abre una ventana que está un poco alta. Pone sus manos unidas y se agacha ligeramente.

- Espera... ¿Tú quieres que yo entre ahí? -señalo la ventana y asiente- Estás mal de la cabeza -no termino de decirlo cuando me giro y empiezo a caminar.

- T/N, confía en mí -me agarra de la muñeca.

- Nos vas a meter en un lío -le reprimo con cara seria.

- Confía en mí -repite-, si pasa cargaré con la culpa.

Antes de poder pensarlo siquiera dos veces estoy subida en las manos de Taehyung con mi subconsciente aseverando que es una mala idea, pero aún así continúo en mi empeño. ¿Por qué tendrá Tae tanto poder sobre mí? Sé muy bien que en otras circunstancias me habría negado rotundamente a entrar fuera de hora. Aterrizo en el suelo y antes de que pueda alzar completamente la vista para mirar dónde estamos percibo olor a cloro, entonces Tae aterriza sobre mí.

- ¡Anda! Lo siento, error de cálculo. ¿Estás bien? -se levanta y me tiende su mano.

- S-sí... -me sonrojo más que nunca y agradezco que sea de noche para que no se note.

- Y bien, ¿qué te parece? -abre sus brazos y da una vuelta sobre sí mismo observando el entorno.

- Cierto, no lo había visto -miro alrededor y descubro la piscina olímpica de la facultad-. Tae, ¿sabes divertirte sin meterte en líos?

- Entonces, ¿dónde está la diversión? -me sonríe y se quita su camiseta.

Cuando se está quitando su camiseta no puedo evitar mirar y tengo que forzarme para mirar hacia otro lado por si me descubre, se nota que hace deporte. ¿Me estoy sonrojando de nuevo? Soy tan predecible. Tae hace un amago de tirarse pero, antes de hacerlo, me mira y enarca una ceja: claramente no se fía de mí. Retrocedo un poco viendo sus intenciones y se acerca a mí poco a poco, pero de repente me imagino dentro con Tae y me dan ganas de entrar. Pongo mis manos en señal de que pare y obedece.

- Prometo que entraré -sonrío de lado.

- Estoy esperando -se cruza de brazos.

Me acerco al borde de la piscina mirándola con cautela y meto la punta del pie en ella. Me quito mi abrigo tirándolo al suelo, miro a Tae y vuelvo a hacer un amago de medir la temperatura con mi piel. Repentinamente me veo cayendo al agua en un grito y, al salir a flote, escucho la risa de Tae. Enarco una ceja y lo salpico de agua.

- Te vas a enterar -levanta la voz.

- Sh, te van a oír los guardias -pongo un dedo en mis labios en señal de que calle.

- Más vale que no hagas ruido tú con lo que vas a sufrir -amenaza.

- Ya, ya... Pero los he visto más rápidos, hasta Yeontan habría entrado ya -lo provoco.

Tae se tira a la piscina y, cuando nada a toda velocidad hacia mí para vengarse, decido tomar la iniciativa.

- Mierda, un calambre -muerdo mi labio en señal de dolor y finjo ahogarme.

- ¡T/N! -nada muy rápido hacia mí y me alcanza poniéndome a flote. Cuando lo hace me agarro a sus hombros riéndome e intento ahogar su cabeza.

- Serás... Ahora sí que vas a lamentarlo -amenaza.

Se hunde y tira de mi pie haciendo que me vaya al fondo. Cuando estoy bajo el agua busco su tobillo y lo muerdo haciendo que suelte un grito. Ambos no paramos de hacernos jugadas mientras no podemos parar de reír, y verlo reír me hipnotiza aún más. Después de un rato haciendo los tontos nos sentamos en el borde de la piscina con intención de secarnos un poco. Afortunadamente, mi ropa no se transparenta porque no hay nada blanco, pero todo se pega a mi piel marcándola. Por mi parte, tengo que hacer esfuerzos sobrehumanos para evitar mirar el abdomen de Tae. Hablamos de todo, no nos falta conversación y mucho menos calma, hasta ahora.

- ¡Eh! ¡Ustedes dos! -grita un vigilante tras abrir la puerta de la piscina.

- ¡Corre! -me dice Tae agarrando mi mano.

El vigilante, adivinando nuestras intenciones, se apresura para alcanzarnos. Sin embargo, antes de que lo consiga Tae ya me hizo saltar por la misma ventana y vino tras de mí. Volviendo a agarrar mi mano nos dirigimos sin poder parar de reír al coche de Tae. Cuando arranca suspiro pasando la mano por mi pelo y toco mi pecho.

- Tengo el corazón a mil por hora, juro que a partir de ahora tendré cuidado cada vez que seas tú quien llegue a mi casa -río sin poder creer aún todo esto.

- Está bien, si me perdonas eso te perdonaré que me hayas puesto el coche perdido de agua -me insinúa sonriendo.

- ¿Disculpa? Fue idea tuya y además tú también estás empapado -enarco una ceja.

- Ya volvió T/N la seria -sigue sonriéndome y despeina mi cabello.

Está claro que no me puedo enfadar con él, aunque me diga T/N la seria no tiene ni idea de que pierdo mucho mi carácter con él, es tan fácil para él hacer que se me quiten los enfados... Cuando llegamos a mi apartamento me da la impresión de que el tiempo transcurrió muy rápido, echaba de menos algo que acababa de pasar hace unos minutos.

- Fuimos muy irresponsables... -comienzo a decirle a Tae- Pero gracias por esta noche Taehyung -sonrío de lado y me atrevo a darle un beso en la mejilla-.

Él no responde. Bajo del coche dirigiéndome a mi apartamento felizmente, procurando no caer o algo así para no hacer el ridículo con lo bonito que ha sido todo. Cuando abro la puerta Tae no se ha ido todavía, solamente se va cuando se asegura de que entré sana y salva a mi casa. Al girarme se despide de mí con un gesto de su mano y me sonríe, yo lo imito. Después de tomar una ducha decido irme a dormir por fin, pero me cuesta un poco por la emoción que siento. Cada vez que lo pienso me sonrojo y los nervios me impiden quedarme dormida.

Imagina con Taehyung: vida universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora