Capítulo 37

769 46 12
                                    


[Narración Taehyung]

Cuando llegué a casa de Jimin pude reconocer su rostro, mientras caía al suelo supe que decía algo, pero me resultó ininteligible. Mi consciencia en ese momento ya se estaba desvaneciendo, pero habría jurado que me llamaba por mi nombre. Por lo que me contó después, estoy en lo cierto. A las horas desperté en su casa y, tiempo después, de forma completamente espontánea e inesperada, vi entrar a T/N por la puerta de la casa de Jimin. De eso no hacen ni cinco minutos, ahora la tengo frente a mí. Desde que la vi lo primero que mi mente propuso fue preguntarle que cuándo había llegado, pero mis labios no llegaron a pronunciar ese interrogante por dos motivos: no tuve el valor porque me había quedado petrificado, y habría sido extremadamente ridículo. Era obvio que había llegado justo en ese momento.

A punto de balbucear y dudando sobre cómo actuar, tuve la suerte de que ella adoptara la iniciativa. La dejé hacer, su abrazo me otorgó la vitalidad que necesitaba, pero también hizo que mi corazón se encogiera y se comprimiera casi al punto de estallar en mil pedazos. No fui capaz de decirle absolutamente nada, solamente fui capaz de reaccionar cuando entonó el mea culpa. No era momento de hablar de quién era la culpa, pero estaba claro que no era suya o, al menos, no en exclusiva. Honestamente, había echado tantísimo de menos esos labios y esa mirada brillante y ambiciosa que no quería hablar sobre nuestro grado de culpa en ese momento. No era relevante, claro que no.

Lo que quería, en el fondo, era agarrar su cara entre mis manos y darle el beso más icónico que haya sido capaz de darle jamás. No obstante, me mantengo firme en que, tal vez, su felicidad no está conmigo. La única idea que tengo para cortar esta conversación sobre culpas y remordimientos era cambiar de tema, así que recuerdo repentinamente todo lo que pasó con papá algunas horas antes, durante la cena.

- Claro, soy toda oídos -dice T/N con el ceño fruncido, y me doy cuenta de que he hecho una pausa demasiado larga.

- Pensándolo mejor, creo que no tengo que decírtelo yo -sonrío apesadumbrado.

- No te comprendo -reconoce, confundida.

- ¿Me podrías acompañar a un lugar? -ofrezco y, aunque parece dubitativa, termina asintiendo.

Agacho la mirada y esbozo una sonrisa casi imperceptible, la presión en mi pecho afloja por un momento cuando acepta mi propuesta. En ese sentido, consigo verificar que no ha venido hasta aquí solamente por compasión. Me quito ese peso de encima que tanto me había impedido continuar adelante con normalidad durante todo este tiempo, confirmando que T/N no me detesta tanto como para rechazar algo tan simple como lo que le ofrezco, que es mi compañía.

Con las energías parcialmente revitalizadas me ayudo con las palmas de mis manos para incorporarme, Jimin acude rápidamente a mi auxilio como si hubiera perdido la facultad de caminar. A pesar de eso, le sonrío a modo de agradecimiento. T/N también se incorpora y se posiciona a mi lado, todavía dubitativa. En este encuentro tan extraño y lleno de dudas e incertidumbres nuestras bocas callan, pero nuestros ojos evidencian todo lo que tenemos que decir. La miro directamente a los ojos, esos ojos que fácilmente podrían tomar el control de todo lo que hay en mí y, tras un leve asentimiento, nos dirigimos a la puerta de salida esquivando a todos los presentes, cuyos rostros estupefactos no me son ajenos, ni mucho menos.

Abro la puerta dejando a T/N salir primero, para cerrar tras de mí. Cuando me doy la vuelta ella permanece quieta y expectante, observando mis acciones. Claro, olvidaba que ella ignora adónde nos dirigimos, y tampoco me lo pregunta. Tras un breve suspiro por lo violento de la situación tomo la iniciativa, encaminándome a la empresa de papá. T/N, no sé si un día perdonarás el mal que te hice, pero al menos enmendé este error.

Imagina con Taehyung: vida universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora