Capítulo 22

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Aplico todas las fuerzas que tengo en ese momento, que no son demasiadas, así que no consigo nada. Sin embargo, Nate es apartado bruscamente de mí. Veo cómo Tae lo agarra por su abrigo, por la zona del hombro, me siento aliviada y a la misma vez muy asustada.

- ¿No la oyes? Te dijo que pares -Tae asesta un fuerte puñetazo a la mandíbula de Nate.

Consigue hacer que tambalee, la intensidad del golpe es tal que Nate necesita apoyarse contra el muro para no perder el equilibrio.

- ¿En serio? ¿Y por qué yo no lo he escuchado? -responde Nate.

Justo después Nate devuelve un golpe a Tae, no lo hace tambalear, pero sí veo que del labio de Tae comienza a salir sangre. Un grupo de gente sale de la casa hacia el jardín, donde nos encontramos. Veo a los chicos aproximarse a toda velocidad.

- ¡Tae! -grito.

- Porque te has hecho el sordo -responde Tae a Nate.

Tae llega a tiempo para darle un golpe más a Nate, cuando la cosa se va a poner realmente fea Nam y Yoongi agarran a Tae, mientras que Jin y Hobi agarran a Nate. El alivio de ver que la trifulca ha cesado me hace perder aún más fuerzas, la adrenalina también me abandona, así que estoy a punto de caer. Esta vez es Jimin quien detiene mi caída, lo miro unos instantes. Hana e Iseul llegan a mi altura, notablemente preocupadas. Tae se zafa del agarre de los chicos y va en mi dirección, agarra mi cara para comprobar mi estado y pone su brazo alrededor de mi cintura.

- Voy a llevarla a casa -anuncia, muy serio.

Nadie se opone. El tumulto de gente que nos observaba escandalizada se aparta, dejándonos paso. Caminamos lo más rápido que podemos y pasamos al lado de Hyeon, que nos mira furiosa, pero no dice absolutamente nada. No le pongo importancia, no tengo energía para eso, lo que sea que me haya echado Nate en la bebida se une al shock y, juntos, hacen un equipo que me consume completamente. Ahora mismo ni siquiera me importa lo que pase con Nate, todos parecían muy enfadados, lo miraban acusatoriamente, pero me da igual. Llegamos a la altura del coche de Tae, quien abre la puerta del copiloto y me deposita cuidadosamente. Me acerca una botella de agua a los labios y se asegura de que beba un poco, a pesar de que no me apetece para nada. Por precaución, moja su mano y la pasa por mi nuca. Cierra la puerta y se sienta en el asiento del piloto.

Avanzamos en dirección a mi casa, se asegura de que tengo puesto el cinturón. Yo me acomodo y miro la ciudad, porque cuando miro a Tae parece muy enfadado, y cada vez que lo veo así se me empañan los ojos. Cierro los ojos de vez en cuando, haciendo un amago de descansar. Por muy enfadado que parezca, Tae me mira muy de vez en cuando sin dejar de centrar la atención en la carretera, supervisa mi situación. Es muy buen amigo.

El aire fresco que percibo del exterior, a través del cristal que he bajado, me hace sentir mucho mejor. Por mí misma, agarro de nuevo la botella de agua y bebo a sorbos, me voy recuperando cada vez más. El silencio entre nosotros no es cómodo, sino que por primera vez es tan tenso que se puede cortar con cuchillas. Me reacomodo en el asiento, miro a Tae de reojo, en ocasiones nuestras miradas coinciden. Sigue enfadado, su mandíbula está apretada y los nudillos en su mano, aparte de ligeramente ensangrentados por golpear a Nate, también están blancos de la fuerza que está ejerciendo cuando rodea el volante con sus largos dedos.

Llegamos a mi apartamento y me bajo yo misma, ya me siento casi del todo recuperada, aunque nauseabunda. Cierro la puerta del coche y subo lentamente las escaleras en dirección a mi puerta, noto que Tae va detrás de mí. Abro la puerta y entro, intento cerrar, pero Tae pone su mano antes de que cierre y consigue volver a abrirla con su fuerza.

Imagina con Taehyung: vida universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora