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—Oh mierda —Jugkook se afirmó del respaldo de su cama mientras era embestido una y otra vez por el rubio cajero. Las manos de este estaban en sus caderas y él ya no podía aguantar su orgasmo, quería correrse fuerte sobre sus sábanas.

—Aguanta un poco más Kookie.

Jin suavizó los golpes y comenzó a salir lento de él, para luego entrar despacio. Jungkook lo envolvía tan bien, tan deliciosamente que ya no sabía como controlarse cada vez que lo tomaba. Esta era la cuarta vez que estaba junto al menor.

Habían estado varios días sin verse. Pero ese día habían podido lograr encontrarse y habían acordado verse en las mañanas cuando Jungkook no tuviera clases y el hijo de Jin estuviera en el jardín. Por lo que algunos días coincidían con las mañanas libres de Jungkook. También aprovechaban de verse en el supermercado pero ahí era mucho más difícil.

Últimamente andaban todos muy pendientes de sus interacciones, los compañeros de trabajo de ambos pensaban que ellos se llevaban como el perro y el gato. Aunque la realidad era muy distante de eso.

Jungkook comenzó a bombear su pene. Echó su cabeza hacia abajo y sus caderas para atrás encontrando a Jin en cada embestida que le daba. Gimió apretando la almohada con una mano mientras escuchaba al mayor gruñir de placer.

Jin paró y se salió de él. Lo giró y lo acostó sobre la cama, respiró pesadamente mientras miraba al hermoso chico bajo suyo. Decir que Jungkook era atractivo era quedarse corto. El menor era simplemente un niño con el cuerpo de un dios griego. Jin no se cansaba de mirar sus ojos brillantes, su cabello castaño ondulado por todos lados y su bonita sonrisa.

—¿Me vas a mirar toda la mañana?

Jin sonrió y se agachó para darle un beso rápido. Tomó su erección y volvió a penetrarlo apretando su mandíbula luchando contra las ganas de descargarse.

Jungkook gimió y sus manos se fueron a tocar el cabello rubio del mayor. Estiró su cuello y Jin no perdió el tiempo y pasó su lengua por todo el lugar. Jungkook se aferró a su espalda, sus uñas arañaron suavemente esa ancha y sexy espalda.

Jin gruñó cada vez más cerca del clímax. El castañito jadeó cuando la velocidad de las estocadas aumentaron y se terminó corriendo con el nombre de Jin en los labios. Acarició sus mejillas y lo acercó hacia su boca para besar esos gruesos y esponjosos labios que lo traían loco.

Gimió mientras sus lenguas se devoraban y terminó por colapsar. Su orgasmo lo golpeó con fuerza mientras seguía besando esa dulce boca.
Jungkook lo abrazó del cuello y ya se estaba haciendo una costumbre que se quedaran un buen rato abrazados acariciándose.

Jin se acostó a su lado, se quitó el condón y lo tiró en el pequeño basurero que había en la habitación. Se giró sobre la cama para mirarlo, besó su mejilla y respiró tranquilamente.

—Te he extrañado estos días. —Jungkook sonó tan dolido al decir aquello.

—Yo también, mucho —Jin entrelazó sus dedos con los del menor —siento no poder contestar tus mensajes enseguida, el teléfono de mierda simplemente dejó de funcionar.

—Lo sé... No te preocupes —Jungkook sonrió para tranquilizarlo y también se giró sobre la cama para poder ver el rostro somnoliento de su mayor.

—¿Mañana tienes clases?

—Si, mañana es el día más ocupado de la semana. Creo que nos veremos hasta el sábado en el supermercado.

—Odio tener que verte ahí, siempre están todos tan pendientes.

—Sería mejor si nos hiciéramos amigos ¿No? Así ellos no encontrarán tan raro vernos juntos.

Déjame Amarte ✓(Jinkookjin) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora