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Jungkook y Jimin escucharon unos ruidos y prontamente sus padres entraron a la habitación. Corrieron a abrazarlo y cobijarlo mientras Jimin aún tenía la carta entre sus manos. Justo cuando se la iba a entregar entró una enfermera y ya no pudo hacer nada.

Ahora aferraba la carta detrás de su cuerpo esperando a que los Jeon no se dieran cuenta de esta.

—Jimin, cariño, necesitamos hablar con Jungkook en privado.

—Claro, de todas formas ya me iba —se acercó a su amigo y dejó un beso en su mejilla menos lastimada. Despacio y tapando la acción dejó la carta debajo de la almohada y le guiñó un ojo a su mejor amigo.

Antes de salir observó la tierna escena y salió por completo del lugar.

Jungkook se dejó envolver por el cariño de sus padres y cerró los ojos al ver sus miradas acusadoras. Él sabía que en algún momento iban a tener que conversar sobre su historia con Jin, pero no se sentía de ánimo.

—Tenemos que hablar galletita.

—Estoy cansado papá.

Heechul asintió —Jungkook tiene razón amor, dejemos que duerma y descanse... Ya hablaremos mañana o cuando se pueda ¿Si?

Alexander negó, pero al ver a su hijo desistió.

—Nos quedaremos aquí.

—No papá... No es necesario, de verdad quiero descansar.

—Si hijo, tranquilo. Nos iremos a la casa y vendremos como las dos de la tarde ¿Si?

Jungkook asintió despacio mientras veía a su padre Heechul, había algo en su mirada que lo hizo detenerse en sus palabras.

Alexander le dio un beso largo en su cabello y luego le dio la espalda. Se paró frente a su marido —Iré a buscar mi bolso a la oficina. Te espero allá.

Heechul esperó a que su esposo saliera y sacó de su bolsillo el celular de su hijo quien lo miró con ojos sorprendidos, a pesar de que todavía no podía abrirlos en su totalidad, había sorpresa en su mirar.

—Esto lo dejaré cargando, por si necesitas llamar a alguien —Heechul lo dejó sobre la mesita auxiliar y acercó esta para que su hijo pudiera tomar el aparato. —Te repito que mañana vendremos después de almuerzo ¿Si?

Jungkook asintió y sonrió cuando su papá le apretó la mano.

Antes de que el hombre saliera por completo de la habitación Jungkook aclaró su garganta —Gracias padre.

El hombre sonrió y salió por la puerta.

El castaño esperó pacientemente hasta que la última ronda de funcionarios médicos pasara por su habitación para leer la carta que Jimin había dejado bajo su almohada.

La abrió lentamente con dedos temblorosos y suspiró al ver que era de Jin, tal y como lo esperaba.

Hizo un pronunciado puchero cuando comenzó a leerla.


Hobi jugaba con su pelota de fútbol sin realmente entender los alcances de lo que había sucedido el día anterior.

Jin lo observaba con sus ojos cansado y su corazón doliendo por la negativa de los padres de Jungkook. Lo entendía, seguramente él hubiese hecho lo mismo si su hijo se viera envuelto en algo tan delicado.

Jungkook pudo haber muerto en ese enfrentamiento y eso era algo que lo hacía sentir completamente culpable.

Suspiró y miró a su madre. Ella no había parado de llorar, se sentía mala madre por no haber hecho nada por su hijo mayor. Jin la había calmado en innumerables veces diciéndole que no era su culpa, que no era una mala mamá, sino que él se había encargado de mentir para no preocupar, que era su culpa todo lo que había pasado, pero por supuesto, su madre no pensaba así y estaba deshecha.

Déjame Amarte ✓(Jinkookjin) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora