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Seokjin entró a su casa y enseguida escuchó el llanto de su hijo. Fue hasta su habitación y su corazón dolió al verlo sentado solo en su camita con sus mejillas mojadas por tanto llorar.

—Oh mi vida, ya estoy aquí —Jin lo tomó en brazos y lo acunó a su pecho. Hobi dejó de llorar inmediatamente al sentir el calor de su papá.

Cuando el pequeño se calmó ambos salieron hasta el pasillo. Caminó con Hobi en sus brazos hasta llegar a su habitación matrimonial.

Su marido estaba acostado con la televisión encendida.

—¿Dejaste solo a Hobi en su dormitorio?

Sungmin lo miró —¿Donde mierda estabas?

—Comprando te dije.

—¿Si? ¿Y que compraste?

—No alcancé a comprar nada, me vine apenas llamaste.

—¿Te viste al espejo?

Jin se tensó pero se mostró imperturbable con el niño aún en brazos.

Sungmin se levantó y caminó hacia él.

—Tienes arena en toda tu jodida chaqueta.

Jin humedeció sus labios nervioso. Se aferró un poco más a Hobi, casi como si de un escudo se tratara.

—Pasé a la playa ¿Que tiene de malo?

Sungmin pasó por su lado y antes de salir habló fuerte y claro —Hoseok lloró y tú sabes que no se me da bien cuando se pone así. Trata de no alejarte mucho de él, ya sabes cual es tu papel en este lugar —y sin decir más cerró la puerta de un portazo.

Jin se sentó en la cama mientras mecía a su pequeño.

Yo elegí esto...

Yo lo elegí...

Yo me lo merezco.

Se aferró al pequeño cuerpo de quién en realidad era su sobrino. Besó su cabello mientras finas lágrimas caían por su rostro.

Se repitió una y mil veces que estar con Sungmin era su opción, había sido su elección de vida y por más que quisiera sentir un poco de libertad, la realidad lo golpeaba fuertemente al ver la vida que había construido junto a su esposo. Él no lo amaba. Hace mucho tiempo que se había dado cuenta que todo era una rutina interminable. Su vida no tenía gracia alguna, no había colores claros, solo tener a Hoseok hacia que su corazón se sintiera cálido en su pecho.

Estaba todo el tiempo desanimado, todo el tiempo frustrado por seguir en ese lugar con un hombre al que le agradecía todo lo que había hecho por ellos todos esos años, pero en el que ya no sentía nada.

Jungkook...

El menor se le vino a la mente, con sus cabellos rizados castaños y su sonrisa sincera. Ese chico le había devuelto un poco más ganas de vivir, le estaba dando gracia a su vida.

Limpió sus mejillas para que su hijo no lo viera así de triste. Últimamente su estado de ánimo en casa caía en picada y Hoseok parecía notarlo aunque no hablara.

Pequeñas manitos se aferraron a su rostro. Jin rió al ver a su hijo sonreír. Ya no habían rastros de lágrimas en sus ojos y se levantó con él en brazos aún y se fueron a acostar al dormitorio del pequeño.

Jin olió el aroma de su bebé y cerró los ojos.

Podía aguantar un poco más por su hijo.

Ambos se quedaron dormidos mientras eran vigilados desde la puerta por Sungmin.

Déjame Amarte ✓(Jinkookjin) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora