Día 122

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Antes de poder abrir mis ojos siento un dolor de cabeza atroz. Me retuerzo un poco y me siento incómoda.

Decido abrir los ojos y me encuentro con esas blancas paredes.

¿Pero qué...?

¿Otra vez?

No recuerdo haber hecho nada esta vez. Entonces, ¿por qué estoy aquí?

A menos Jinsol había logrado conseguirme habitación privada nuevamente. Lo más seguro es que si ella no trabajara en este hospital yo estaría en las peores habitaciones.

De cualquier manera, ella tampoco se encuentra alrededor y me siento confundida. Veo que a mi costado se encuentra mi teléfono así que me estiro un poco hasta alcanzarlo.

Cuando enciendo la pantalla mis ojos se abren en sorpresa y casi podría decir que comienzo a temblar.

Los últimos recuerdos que tengo son de hace dos días atrás. ¿Pero qué me sucedió?

Recuerdo que Jinsol pasó algunos días conmigo luego de que salí de aquí la vez anterior, me obligó a alimentarme, asistir a una estúpida terapia y a relacionarme con gente y volvió a su hogar temporal cuando vio que estaba un poco mejor... supuestamente.

Recuerdo haber vuelto a mi vida normal luego de que ella se fuera. Y con normal me refiero a todo lo contrario. Malos hábitos alimenticios, de sueño, de todo. Me había abandonado y entregado por completo, pero ahora... ¿cómo y por qué estoy en este lugar una vez más? Parece una historia de nunca acabar, y para ser sincera estoy harta.

La pantalla marca la una de la tarde y no sé si dormir, si llamar a alguien o pedir la eutanasia.

No se qué sucedió esta vez, pero tampoco se por qué se esfuerzan en seguir prolongando mi agonía que cada día me consume.

Al final opto por pasar otro rato sola y en silencio. De a poco el dolor de cabeza se va esfumando y me permite pensar más claramente. Sin embargo aún no puedo recordar qué me sucedió, pero río amargamente para mí misma al pensar que al menos esta vez no estoy atada como si de un animal con rabia se tratase.

Suspiro y me quedo allí mirando el techo, y no tengo idea de cuánto tiempo transcurre pero siento de pronto la puerta abrirse. Giro sin mucho interés y, tal como esperaba, Jinsol la atraviesa. Vuelvo a fijar mi mirada al frente y ella enciende la luz, se acerca a mí de forma curiosa y habla dubitativa al verme con los ojos abiertos.

-Oh, despertaste -dice al fin acercándose con más confianza-. ¿Cómo te sientes?

No tengo ganas de hablar. Me siento resignada, entregada. Y me rehúso a continuar haciendo cosas que no me nacen hacer.

-Hey -vuelve a hablar sentándose en la camilla-. ¿Cómo te sientes? -me repite la pregunta pero la respuesta es la misma.

No es que tuviera algo contra ella, pero ya no quiero esto, no quiero su piedad, no quiero su lástima ni quiero esta vida. Esto no es vivir.

-Sooyoung -atina a tomarme la mano pero se retracta justo antes de hacerlo-. ¿Sabes por qué estás aquí?

No le respondo en voz alta pero sí que lo pienso. ¿Por qué es que estoy aquí?

Recuerdo haber estado llorando mucho, pero luego de eso ya todo se volvió gris. ¿O eso fue ayer?

-Se que esto no está bien, pero tuvimos que revisar tu teléfono para asegurarnos de que no hayas hablado con alguien y volvieras a intentar algo extraño... tienes algunos mensajes de Hyejoo algo preocupada, deberías contactarla -me dice extendiéndome mi teléfono sin saber que ya lo había visto antes.

Liar  •【ChuuVes】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora