Liar •【ChuuVes】

Día 18

¿Saldría con Jiwoo si no estuviera con Jinsol?

Cerré la canilla de agua caliente dejando que toda el agua helada cayera sobre mi cuerpo.

-Mierda. Mierda. ¡Mierda!

Antes de terminar de congelarme volví a dejar caer el agua caliente y apoyé mi espalda contra la pared. ¿Qué me estaba pasando?

Desde hacía algunos días mi mente me jugaba malas pasadas teniendo esa clase de pensamientos, planteos... innecesarios, que sólo lograban embarullar mi mente cada día un poco más.

Hoy había visto a Jiwoo otra vez.
Salí del trabajo únicamente para almorzar con ella luego de que me lo propusiera diciéndome que tendría un tiempo libre de sus clases. Y es que realmente la extrañaba.
Nos encontramos en un McDonald's que nos quedaba a mitad de camino y aprovechamos nuestro poco tiempo disponible comiendo, conversando y riendo. Cada pequeño momento con ella era mucho más que agradable, y la sensación perduraba hasta horas después.
El resto del día no volvió a ser igual, regresé al trabajo con más energía y ánimo, pero luego de un lapso de tiempo esa incomodidad y molestia sobre mí misma incrementaba.

¿Qué siento por Jiwoo?

Cerré por fin el agua y salí de la ducha, iba a envolverme en la toalla pero en lugar de eso me quedé mirándome a mí misma en el enorme espejo de la puerta. Usé dicha toalla para limpiarlo y poder observarme mejor.
Me acerqué un poco más, no sé cuánto tiempo pudo haber pasado pero yo seguía allí.

Engordaste.

El espejo habló.

No literalmente, claro. No estaba tan loca... todavía.

-¿Engordé? -dije hablándome a mí misma mientras tocaba mis mejillas y las analizaba con cuidado.

Luego bajé para volver a mirar la zona de mi abdomen y piernas. ¿Podía permitirme engordar si trabajaba en un gimnasio? No daría un buen ejemplo. ¿Sería malo si Jiwoo me viera poco atractiva?
Me golpeé la mejilla dos veces ante el último inútil pensamiento.

¿Era que estaba comiendo demasiada comida chatarra últimamente?

Ni siquiera pensé en las hamburguesas del día, sino que me centré en la cena de hacía unos minutos.

¿Era necesaria?

Giré mi cabeza mirando al retrete que estaba al costado. Tragué saliva y...

No, Sooyoung, detente.

Me envolví en la toalla y antes de salir me enfrenté una vez más al tan poco estratégicamente ubicado espejo.

Sin pensarlo una vez más tomé con coraje mi cepillo de dientes y me arrodillé ante el sanitario.

Voy a hacerlo.

Introduje el mango del cepillo en mi boca intentando llegar lo más profundo posible. Una horrible arcada me interrumpió sin lograr demasiado.

Una vez más.
Esta vez un poco más rápido. Llegué a tocar la campanilla y otra vez una arcada para nada exitosa llegó.

Mis ojos empezaban a lagrimear levemente y yo no pensaba dejar de intentarlo.

Lo metí nuevamente intentando mantenerlo a pesar de la horrible sensación. Y esta vez pude sentir cómo todo en mi interior subía hasta expulsar ese asco que de pronto estaba teniendo conmigo misma.

Me quedé unos segundos arrodillada con los ojos cerrados y algunas lágrimas cayendo de ellos mientras intentaba recuperarme. Finalmente me puse de pie para descargar la cisterna y recomponerme un poco.

Usé ahora el cepillo de dientes para lo que era debido y utilicé el enjuague bucal dos veces. Cepillé mi cabello y salí del baño para enseguida entrar al dormitorio a cambiarme.

-¿Todo está bien? Tardaste mucho -Jinsol me preguntó con preocupación mientras me veía ponerme el pijamas.

Terminé de subirme el pantalón y me volteé a verla, actuando mi mejor sonrisa.

-Sí, todo está perfecto -dije con tranquilidad antes de meterme a la cama y darle un beso en la mejilla-. Buenas noches.

Dicho esto le di la espalda para ubicarme como siempre lo hacía al dormir.

Y allí estaba la primera de tantas mentiras.