Día 142

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Jiwoo vuelve a besarme.

Luego de haber pasado otro día lleno de risas, charlas, abrazos, paseos y dulces, regresamos a casa bastante cansadas, por lo que rápidamente nos acostamos y no pasan más de unos pocos minutos hasta que, ya sin preguntar, me planta un beso tan glorioso y eminente como sólo ella los da. Sin siquiera dudarlo le correspondo con entusiasmo, pero con el correr de los minutos noto que tiene un tinte algo diferente al de la noche anterior. A pesar de haber empezado de la misma forma, ¿es ahora un poco más intenso?

Jiwoo juega con su lengua en mi boca y correspondo cada una de sus jugadas. Su mano se enreda entre mis cabellos mientras me sujeta la cabeza con algo de fuerza.

Nuestras piernas se frotan intencionalmente y comienza a hacer calor en la habitación. Sin embargo la tomo de la cintura y pego su cuerpo al mío, bajo la mano tomando su pierna por detrás de la rodilla y la levanto colocándola sobre mi cadera, poso una de mis piernas entre las suyas haciendo algo de presión y escucho un suave quejido que se ahoga en mi boca.

Me estimula y me intriga. Me vuelvo valiente y decido romper el beso para recorrer su piel con mis labios muy lentamente hasta llegar a su cuello. Disfruto cada milímetro de ella y en cada uno recuerdo cuánto siento, cuánto vivo, cuánto la amo.

Sigo besando su cuello a la vez que mi mano se vuelve traviesa viajando desde sus glúteos hasta su cintura repetidas veces, ella clava sus dedos en mi piel y emite pequeños sonidos, moviendo casi de forma inconsciente su cadera contra mi pierna.

Pero con ella mis sentimientos ganan por sobre mis hormonas, y de pronto llegan pensamientos e inseguridades que no puedo ignorar. A pesar de que amo sentirla tan cerca e íntima, separo mi boca de su piel y la miro a los ojos de muy cerca, siento su respiración en mi boca y su mirada perforando mis pupilas.

-Ji... Jiwoo -tartamudeo con algo de miedo. Trago saliva y hago una pausa antes de volver a hablar-. No es este el tipo de relación que quiero contigo.

-¿Hm? -exclama esperando una explicación- ¿No quieres... hacerlo conmigo?

Me siento nerviosa y la agitación de la situación no ha desaparecido por completo, por lo que hablar se me hace un poco difícil.

-No es eso, claro que quiero... eres la única con quien quiero -confieso bajando el tono de voz y me siento ruborizarme-. Pero siento muchas cosas por ti, Jiwoo. No quiero que esto sea una circunstancia más en nuestras vidas. No sé cuál es la relación que tenemos ahora ni lo que sientes al respecto, y si eso resultara en ser sólo compañeras de sexo... entonces no lo quiero. No puedo restarle importancia a mis sentimientos, por eso no puedo hacer esto... por mucho que quiera. Lo siento -bajo la mirada-. Me importas demasiado como para arruinarlo todo.

Baja su pierna de encima de mí y sonríe con dulzura, todavía respira irregularmente pero se esfuerza por mantenerse calmada, acaricia mi rostro y su mirada se suaviza.

-No tienes que disculparte. En realidad tampoco pensaba que fuera esa nuestra relación ni restarle importancia a tus sentimientos, de los cuales soy consciente. Pero está bien si no te sientes cómoda -su tono es tranquilizador.

-No es que no me sienta cómoda, es sólo que... no quiero que pienses que es lo único que quiero de tí. Incluso antes de que me besaras yo... yo ya me sentía la persona más afortunada por tener tu compañía. Poder compartir tiempo contigo, abrazarte, tomarte de la mano...

Siento que mi cara arde, evito su mirada al decir tales cosas tan cursis como ciertas, pero me obliga a mirarla nuevamente y siento aún más calor en la porción de mi rostro que su mano está tocando.

-Lo sé, Sooyoungie, te respeto -me dice con ternura-. Y te creo.

Enseguida se da la vuelta dándome la espalda, pero toma mi mano obligándome a abrazarla por detrás, apoyándola en su abdomen. Mantiene nuestros dedos entrelazados y me da las buenas noches.

Me cree.

Jiwoo me cree.

Quizás habría esperado que me dijera que lo nuestro no hubiera sido sexo casual y que me quiere tanto como yo a ella. Pero me conformo con que pueda respetarme sin molestarse.

Y me llena escucharla decir que me cree.

La estrecho en mis brazos y doy un pequeño beso en su hombro antes de apoyar mi cabeza en su espalda, acomodándome para dormir.

Reniego un poco para mis adentros. El calor no disminuye, me cuesta conciliar el sueño y puedo adivinar que a Jiwoo le sucede lo mismo a pesar de que no la estoy viendo.
Pasa quizás cerca de una hora y al final la escucho de nuevo.

-Sooyoungie, ¿sigues despierta? -me pregunta acariciando mi mano.

-Eso creo -respondo riendo-. ¿Necesitas algo?

-Sólo olvidé decirte algo -me dice mientras niega con la cabeza-. El lunes, cuando salga de clases, vendré a buscar algunas de mis cosas y volveré a casa al menos por unos días.

-¿Ya no te quedarás conmigo? -hago un puchero a pesar de que no puede verme.

-No dramatices, tonta -me dice con cariño dándome un suave golpe en la mano-. Afortunadamente has mejorado mucho, por lo que confío en que puedes quedarte sola... puedo confiar en ello, ¿verdad?

-Sí -respondo asintiendo frenéticamente contra su espalda.

-Lo sabía -puedo escuchar su sonrisa-. Entonces continuaré con mis planes. Pasaremos juntas el domingo, y el lunes volveré a casa. Además hay algo en lo que debo pensar -confiesa al final y me intriga tanto como me preocupa.

-¿Ha pasado algo malo?

Ella niega.

-Sólo necesito un tiempo para mí, es todo.

-Está bien -sonrío ya algo más tranquila a pesar de que sigue intrigándome, pero elijo darle el tiempo y espacio que necesita y merece.

-Volveré a intentar dormir -me dice repentinamente-. Buenas noches, Sooyoungie.

-Buenas noches, Jiwoo -beso su hombro una vez más y vuelvo a acomodarme-. Te quiero.

No obtengo respuesta oralmente pero aprieta suavemente mi mano y vuelve a acariciarla. Creo sentir su corazón latiendo algo más fuerte pero intento no hacerme ilusiones, sólo por si fue producto de mi imaginación.

Pero de lo que sí puedo estar segura es que desde que Jiwoo volvió a mi vida cada uno de mis días es un sueño aunque ni siquiera esté durmiendo.

Liar  •【ChuuVes】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora