Día 59

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Nunca amé a Jinsol.

Ese pensamiento me dolía y hacía que mi pecho arda, pero ya no podía contenerlo.

Las noches eran mis peores enemigas -después de mí misma-, las madrugadas transcurrían atormentándome con miles de culpas.

Era una tortura que debía disimular cuando Jinsol dormía a mi lado, pero cuando su turno de trabajar era por la  noche, dejaba salir todo lo que necesitaba sin saber si eso era mejor o peor para mí.

Esta noche había cenado. Y había vomitado también.

Ahora no tenía hambre y tampoco podía sentir culpa por lo que había ingerido.

Al menos a veces la sensación de hambre me mantenía distraída de mis problemas reales. O, mejor dicho, hacía que evitara pensar en las cosas que realmente me hacían sentir culpa.

Y ahora por fin lo había admitido.

Nunca amé a Jinsol.

Abracé la almohada y lloré como todos los días lo hacía, llegando a desear no despertar al día siguiente. El dolor era insoportable, el nudo en la garganta no me dejaba respirar.

Porque el hecho de no amarla no significaba que no sintiera nada. Por el contrario, Jinsol era una persona a la cual quería y apreciaba muchísimo. Era alguien estupenda, alguien que merecía todo lo bueno de este mundo y mucho más. Merecía todo lo que yo no tenía para entregarle.

Enterré mi rostro aún más en la almohada haciendo más fuerte el agarre mientras me ahogaba en sollozos.

Perdóname, Jinsol.

Pero todavía no podía decírselo a la cara.

Ella era una excelente amiga, le tenía muchísimo cariño y claro que me atraía físicamente.

El juego de ser amigas con beneficios había terminado por confundirme y llegué a creerme que era amor, perdurando hasta...

Hasta que sentí amor por alguien.

Ya no podía negarlo. Era a Jiwoo a quien amaba. No tenía dudas de que esto y solo esto era amor.

Su sonrisa, su energía, su complicidad, sus abrazos, la calidez de sus palabras... ella era la única para mí.

Había llegado sin aviso y enamorarme había sido inevitable.

Pero el tiempo seguía su ritmo y cada nuevo segundo jugaba en mi contra. Ya no sabía cómo enfrentarlo, no había hecho nada al respecto y ahora era demasiado tarde.

Sabía que por ella estaba dispuesta a lo que sea... ¿a lo que sea?

¿Incluso si eso significaba lastimar a Jinsol?

Estaba pensando en terminar mi relación, pero eso me generaba un enorme dolor al pensar en los sentimientos de Jinsol. Ella sí me amaba, pero estaba viviendo una mentira a mi lado.

¿Y cuál era el mal menor?

Estaba más que claro que Jiwoo y yo no teníamos una simple amistad a pesar de que todo fuera implícito.
Nunca había habido una declaración, no nos besábamos ni mucho menos pensar en sexo.

Pero allí estábamos, siendo nosotras.

Cada vez era más la cercanía. Las caricias, los abrazos... esos abrazos donde mi corazón se volvía loco y ya ni siquiera me importaba que ella lo note, porque podía sentir el suyo tan entorpecido como el mío. Y estaba bien así. Esa era nuestra relación, con muchísimos sentimientos a pesar de ser implícita, algo inocente, dulce y... de mi parte, clandestina.

Pero no era para mi una aventura ni nada divertido. Contrariamente, estaba destruyéndome por dentro... y por fuera también.

Noté que con Jinsol compartía besos por costumbre y sexo por placer, disfrutaba los momentos junto a ella como si de una amiga se tratase.

Mientras que con Jiwoo podría hacer una fiesta por cada mirada que me daba. Una inmensidad de sensaciones hasta el momento desconocidas se abría y me mostraba las maravillas que el amor obsequiaba haciendo que mi alma se sintiera llena, llena de ella. Siempre era ella.

Pero no era un amor libre.

Y seguía dando vueltas sobre lo mismo sin poder tomar una decisión.

La alarma sonó. Me estiré para apagarla habiendo sido otra noche sin pegar un ojo.
Me levanté tambaleándome y entré inmediatamente al baño para lavarme la cara. Mis ojos estaban horriblemente rojos e hinchados, sabía que no había forma de disimularlos pero qué más daba. Me vestí y salí de casa hacia el trabajo y, debido a la costumbre, ni siquiera se me ocurrió desayunar.

Mi vida era un caos.

Sabía que debía tomar una decisión pronto y que, sea cual sea, alguien iba a salir lastimada.

A pesar de que actualmente la que estaba muriendo en vida era yo.

Liar  •【ChuuVes】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora