Día 127

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Me encuentro una vez más volviendo a casa luego de varios días en el hospital. Esta vez con una compañía extra.

Por muy extraño que me parezca, tanto Jinsol como Jiwoo se comportaron de una manera muy madura y adulta, pudiendo mantener un diálogo y coexistir entre ellas. Incluso hasta coordinaban turnos para cuidarme y, ahora, Jiwoo mira tranquilamente a través de la ventanilla mientras Jinsol conduce y yo voy del lado del acompañante.

Miro por el espejo retrovisor cada tanto y verla allí tan cerca mío me produce alivio. Estos días no se ha despegado de mi lado.
Empezaba a preocuparme que no cambiara su forma de ser, aún comportándose seria y reservada, pero el hecho de que no se moviera de mi lado dice mucho más que eso.

-Bien, hemos llegado -Jinsol habla haciéndonos reaccionar a ambas y bajo del auto enseguida, esta vez sin necesitar ayuda ni tambalearme. La exagerada cantidad de medicamentos que me suministran cuando estoy en el hospital siempre me hacen sentirme mejor físicamente durante el primer tiempo.

Jiwoo baja del auto en silencio cargando mi bolso y el suyo, Jinsol la ayuda y las tres entramos a casa para luego dejar los bolsos sobre un par de sillas.

Me adelanto un poco pero veo que ninguna viene detrás, por lo que volteo y las veo hablando en la puerta. No llego a escuchar pero veo que gesticulan bastante y Jiwoo le sonríe amablemente. Al final Jinsol me saluda con la mano desde lejos y sale cerrando la puerta tras ella.

Miro atónita toda la escena sobre todo por la parte en que Jiwoo se queda adentro. Luego la veo tomar mi bolso y caminar hacia mí, vuelve a su expresión de frialdad pero me dirige la palabra.

-¿Dónde queda tu cuarto?

Tardo un momento en reaccionar hasta que intento tomar el bolso de sus manos y ella me lo niega. Pasa otro breve momento y por fin atino a responder.

-Lo siento, sólo... sígueme -camino el tramo necesario y ella va tras de mí.
Llegamos y coloca dicho bolso sobre la cama-. ¿Vas a quedarte? -pregunto tímidamente y con un haz de esperanza. 

-Todo el fin de semana -dice mientras asiente exageradamente-. Una vez que te ayude aquí puedes descansar un poco y ordenaré mis cosas. Puedo dormir en el sillón, ¿verdad?

-¿No prefieres dormir en la cama? -pregunto inocentemente pero ella niega repetidas veces.

-Estaré bien en el sillón.

Me pregunto por qué ella va a sacrificar su fin de semana para pasársela aquí, conmigo, durmiendo incómoda y quizá hasta aburriéndose. No puedo evitar sentirme culpable a pesar de que amo su presencia.

-De verdad me gusta que estés aquí -digo y me siento sonrojarme-. Pero estoy bien, puedes ir a casa si quieres y volver de visita algún rato.

-Te cuidaré, no se negocia -me dice en una voz suave-. Además podemos ir juntas a hacer compras mañana si te sientes bien.

-Está bien -le sonrío.

Ella me sonríe de vuelta y esta vez se siente un poco menos forzado. Mi corazón se ablanda aún más y mis piernas tiemblan un poco. Esta vez no por sentirme enferma, sino por sentirme completamente enamorada.

Y sé que por volver a ver su sonrisa sincera podría hacer cualquier cosa.

Liar  •【ChuuVes】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora