Trabajo || Día 11

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Llegó a su casa al fin, luego de un largo día de trabajo, un satisfactorio y largo día de trabajo.

Al abrir la puerta, la omega pudo percibir el aroma de la comida fresca desde la entrada y vio como su pequeño niño llegaba tan pronto a saludarla a como había escuchado las llaves abriendo la puerta.

El niño la recibió con gran cariño y un abrazo y ella le correspondió dándole un beso en la frente. Caminaron ambos hacia la cocina, donde su esposa la recibió con un beso y un saludo coqueto. Juntos, la omega y su hijo, acomodaron los platos, cubiertos y vasos, sobre la mesa, mientras la alfa llevaba la comida al centro.

Se sentaron a comer, a hablar sobre cómo les había ido el día.

La omega contó sobre la llegada de los nuevos e inexpertos chicos de la empresa. Como líder del equipo, había tenido que guiarlos en sus primeros trabajos, prepararlos para que fueran más confiados y, como buena jefa, hacerse cargo de sus errores y corregirlos. Se alegraba de que aprendieran rápido, pero aún así, debió quedarse un poco más tarde para poder terminar sus propios trabajos.

Con una sugerencia de su hijo de que tomara una mano más fuerte, él le siguió en contar su día. Mencionó que su profesor les había encargado mucha tarea. Mucha, mucha tarea, pero que ya había terminado varias. Una de ellas, era un ensayo expresando su pensamiento sobre un viejo y corto libro que debían de leer y analizar. Un libro que hablaba de un chico travieso que experimentaba cambios por su entorno y pubertad.

La alfa, para seguir la dinámica familiar, habló de lo tranquila que había sido la mañana, pero al medio día, había vuelto a contactar con su nuevo e indeciso cliente y este, le generó más problemas. Era un chico joven que buscaba una presentación para su nuevo restaurante. Lo quería elegante, sencilla o familiar y casera o, también, una presentación más rústica y tradicional. Mencionó que pronto, finalizada la cena, debeía volver al trabajo en la computadora para terminar los diseños que había prometido como muestra. Por suerte, era un trabajo en casa.

Se acabó la cena y la omega ayudó a lavar los platos, mientras su esposa, como había sugerido, regresó a la oficina a avanzar su trabajo y su hijo, la acompañó y secó un par de platos antes de irse a trabajar en sus tareas.

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Postdata: Este es el drabble más feo de todos alv. Espero el de mañana quede mejor, tengo fe en que algo bueno se me ocurrirá.

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