Capítulo 13

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POV Isabela
Pero que estúpida soy, ¿Cómo pude pensar que él sentía algo por mí? Solamente me protege porque en mí ve a la princesa Bia. Solamente soy su recuerdo en vida de ella.

Salgo del hotel y me voy corriendo sin rumbo. Llegué al lugar donde me había desmayado.

Isabela: ¡Ah! ¡Duele!

Manuel: ¡Isabela! – me sujetó y ambos nos sentamos en la banca más cercana –. ¿Estás bien?

Isabela: si, solamente me llegó un dolor muy fuerte. ¿Cómo sabía que estaba aquí?

Manuel: no lo sabía. Más bien, tú cómo sabías de la existencia de este lugar.

Isabela: solamente salí a caminar y lo encontré – miré mi mano derecha –. Y ya se reparó mi anillo. Brilla cuando quiere.

Isabela: ¿En qué piensa?

Manuel: no es nada.

Isabela: ¿Usted venía aquí con la princesa Bia?. Es que vi el árbol.

Manuel: fue hace años.

Isabela: ¿Por eso vino aquí?

Manuel: hace mucho no venía. Supongo que solamente quería saber cómo seguía el lugar. Si alguien más lo había descubierto.

Fue por ella. Vino a este lugar por ella. Porque él aún la ama. ¿Cómo pude…? ¿Por qué tuve que encontrarme con él? Aunque esto ya estaba planeado desde un inicio.

Despierto en una cama. ¿Dónde estoy? O más bien, ¿Quién soy? No recuerdo nada, solamente una gran luz que me cegaba.

Me levanto pero me mareo, veo una mochila y la tomo. Tiene una foto mía, ropa, agua y una carta. Tomo la carta y la abro.

Has sido elegida. Debes encontrar a la princesa Bia, viva o muerta, debes encontrarla. Tienes contigo un collar, no te lo quites por nada del mundo. El te protegerá, Isabela.

Isabela, ese es mi nombre.

Yo solamente… Soy la chica que ayudará a quien sea la persona que me dejó esa carta a encontrar a la princesa Bia.

POV  Manuel
Soy un imbécil, ¿Cómo pude decirle Bia a Isabela? ¿Y ahora qué hago?

Alex: ¿Dónde está? – dijo entrando.

Manuel: ¿De qué hablas?

Alex: Isabela, ¿Dónde está?

Manuel: debe de estar en su habitación.

Alex: ¿Crees que si estuviera en su habitación te estaría preguntando dónde está?

Manuel: a mí no me hablas así. Pero… Debemos encontrarla.

Alex: ¿Donde pudo haber ido?

Manuel: no lo sé… – el lugar de Bia – Habrá que dividirnos. Tú al oeste y yo al este.

Alex: ¿Por qué tú al este?

Manuel: está bien, tú al este.

Alex: no, mejor yo al oeste – salió y yo detrás de él.

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