Celeste.
Las pausas de Candela me ponen histérica. Enserio espero que dejando de lado el haberse acostado con el ex de su mejor amiga, esté haciendo un enorme y exagerado drama de esto y que termine siendo una estupidez.
Ella se toma un momento y luego continúa el relato.
—Después de esa noche con Franco, no quise saber más nada de él. Pero sus deseos eran todo lo contrario. Comenzó a buscarme por todos lados, primero de manera amigable, sugiriendo que entre los dos había algo sin resolver, insistía en que teníamos mucha química. Pero yo no sentía lo mismo y el peso de saber que estaba mal era más grande. Una noche me llamó llorando porque había muerto su abuela y accedí a verlo, hablamos como si fuéramos amigos, sin ninguna sugerencia de por medio; pero luego él sacó el tema de la fiesta y me dijo que sentía cosas por mí, que no podía olvidarme y todas esas tonterías que a las mujeres nos encanta escuchar cuando estamos faltas de atención. Pero luego de eso la cosa se volvió intensa, me buscaba día y noche, en cualquier sitio, debía apagar mi teléfono porque llenaba mi casilla de mensajes y llamadas. Le dije que dejara de molestarme porque no quería continuar con eso y me amenazó con contárselo a Irene. Después volvió a mostrarse tierno, se disculpó alegando que se había enfadado mucho con la idea de perderme, pero nunca retractó su amenaza. Una parte de mí tenía miedo de que ustedes pudieran enterarse y la otra le gustaba como él me trataba cuando yo estaba mal.
—Es un enfermo manipulador, Candela. Siempre lo fue —le digo, enfurecida por su relato, por haber sido tan tonta de caer en sus mentiras y por no haber confiado en nosotras.
—Lo sé. No quería creerlo en ese momento, creo que más bien me auto engañaba, estaba en un espiral, tenía un gran conflicto, el cual era él y al mismo tiempo acudía a sus brazos para sentirme mejor.
—Porque hace eso. Es un narcisista, manipulador que conquista a las personas, pero está podrido por dentro. Lo he visto intentar dispararle a unos gatos con una pistola de aire comprimido en la quinta de sus padres, ¡nadie que esté cuerdo haría una cosa así!
—Él tiene problemas y va a terapia —lo justifica, aunque sospecho que tampoco se cree esas patrañas—. O por lo menos iba, no se si le hace caso.
—No necesita terapia, es un hijo de puta con dinero y sus padres se escudan en la terapia para justificar la mierda de hijo que tuvieron. Pero, a ver ¿luego que paso? Ya nos lo quitamos de encima ¿cierto? —pregunto en plural.
Cuando estaba sobre Irene también era una enorme carga para todas y todos. Las personas como él causan estragos en todos lados, entran a una habitación y su aura turbia tensa el ambiente en un instante, las personas se dividen entre pretender que les cae bien para estar bajo su ala o detestarlo y ganarse su enemistad, pero el maldito es adinerado y tiene muchas influencias. Por eso nunca pudo doblegar a Irene, aunque trató de herirla de otras formas, porque a ella le chupa tres hectáreas de huevos nuestra sociedad y lo que pueda repercutir en sus amistades. Irene no tiene relaciones importantes en juego, ni padres sobre exigentes y mucho menos una reputación que le importe mantener, y aunque su padrastro sí forma parte de nuestros círculos y se desvive por la comunidad de la iglesia, todos saben que es un cuervo, un abogado sin escrúpulos que pasa por encima de quien sea, ya sean niños o animalitos para conseguir su objetivo y a su lado Franco es un insecto fácil de aplastar.
Candela deja de rascarse el dedo y agarra una de mis lapiceras de colores para jugar con ella mientras retoma la historia.
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La lección© [COMPLETA]
RomantikPasiones desbocadas, juego con drogas, un intento por madurar y la tendencia a meterse en muchos, muchos conflictos une a estos personajes que asisten a la escuela Sagrada Familia. ¿Su objetivo? Tratar de sobrevivir a los vaivenes de la vida y no mo...