Me costó mucho hacer estos tres últimos capítulos, así que por favor agradecería mucho que me dejen comentarios y si les gustó, por supuesto, los votos!!
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Magda; veintitrés años; preceptora de la escuela Sagrada Familia; estudiante de profesorado; ex novia del profesor de matemática.—¡Vamos por más tragos! —gritan Delia y Sabrina.
—Yo iré al baño —anuncio, dejando el vaso de tequila con un sonoro golpe y poniéndome de pie con un poco de esfuerzo. Hacía mucho que no salía, los tacos me están matando y estos tequilas se me subieron rápido a la cabeza.
—Magda, te acompaño —me avisa Jenni, levantándose de la mesa rápidamente para alcanzarme. Pero entonces caemos en la cuenta de que el sitio que nos aseguramos al llegar quedaría libre para que cualquiera lo ocupe y no tardarían demasiado en hacerlo; el lugar es un desastre, hay demasiada gente amontonada y los sillones y las mesas fueron las primeras en ser ocupadas. No pienso permitir que perdamos la nuestra, necesito un lugar donde poder apoyar mi trasero de vez en cuando.
Sabrina se ofrece a quedarse esperándonos con la advertencia de que si llega un muchacho buenarro a querer levantársela no se opondrá. Jenni le lanza un comentario, creo que irónico a decir por la risa de Delia, pero no alcanzo a oírla porque un grupo de amigas brindan, chillando "¡Woohoo!" a mi lado.
Jenni y yo tardamos un rato en dar con los baños. Pero cuando finalmente lo hacemos, el silencio cae sobre nosotras como si nos metiéramos dentro de un globo y is oídos permanecen taponados. El sanitario de damas es demasiado pequeño para un evento de tal magnitud como lo es esta fiesta. A pesar de haber otros tres en otros puntos del antro, es inevitable que se comience a formar una cola. Por el momento son tres chicas delante nuestro y relaciono la falta de congestión a que es muy temprano aún para andar vomitando.
Sin embargo, al conseguir ingresar, las arcadas roncas y guturales provenientes del primer cubículo me cierran el pico. Contra la pared, dejándose caer en el suelo junto al goteo del caño del lavabo y la cerámica rota, hay una chica con un aspecto deplorable, su amiga está acuclillada junto a ella mojándole el rostro con agua fresca. Sentada sobre las piletas otra se arregla sus can can rasgadas, tratando de ver a través de su enorme y abultada melena que se le va para el rostro. Los cubículos están todos ocupados.
Jenni suelta una maldición y se coloca junto a uno para ser la primera en entrar, pero la chica de la melena descontrolada le aconseja descartar esa idea.
—Lleva vomitando allí desde hace un largo rato —le dice.
Jenni hace una mueca de poca tolerancia y se acerca al siguiente cubículo.
—Tampoco —vuelve a decir, negando con su cabeza, y se pasa las manos por su nariz a la vez que aspira para darnos a entender algo muy obvio.
—¿Hay algún baño en el que no haya alguien quebrando o dándose un saque? —pregunta Jenni, perdiendo la paciencia.
—Pues, tal vez los del último ya hayan terminado de darse matraca. Los ruidos cesaron —añade por último, encogiéndose de hombros. Se baja del lavatorio con las medias para nada salvadas, pero dándole a ella la satisfacción de que por un ratito no se le seguirá rasgando y se va.
Finalmente se abre la puerta del cubículo del medio. ¡Jenni puede ingresar! La mujer que salió tendrá unos cuarenta años, pero tiene mejor figura que cualquier veinteañera y un rostro bastante atractivo. Se lava las manos, se acomoda las tetas dentro del ajustado top blanco y tras colocarse un labial violeta oscuro, sale nuevamente a la pista preparada para la guerra.
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La lección© [COMPLETA]
RomancePasiones desbocadas, juego con drogas, un intento por madurar y la tendencia a meterse en muchos, muchos conflictos une a estos personajes que asisten a la escuela Sagrada Familia. ¿Su objetivo? Tratar de sobrevivir a los vaivenes de la vida y no mo...