BTS Imaginas

MAMA. "J-Hope"

Con una cara que se asemejaba a la de su hijo, sin tiempo, sin edad, y llena de fuerza interior, la hermosa mujer sonrió con dignidad. Su mirada plena, su saludo, una bienvenida a casa. Silenciosamente, estiré mis manos hacia ella

***

El sonido de unos pasos hace que me levante, estoy encerrado en una habitación totalmente blanca. Me siento automáticamente, tengo mi vista perdida y no hay ningún pensamiento en mi cabeza, ¿Estoy vacío? Un reloj marca una hora y eso provoca que unos paneles a ambos lados de la habitación dejen caer muchas cantidades de algo, no necesito voltearme para saber que es; ya estaba acostumbrado a recibir mi dosis de pastillas a esa hora.

Después de unos segundos, me acerco y tomo una de las pequeñas pastillas naranjas con blanco para luego meterla en mi boca y tragarla. De inmediato unas imágenes vienen a mi cabeza, una pastilla cayendo en una copa llena de las mismas, y la imagen de un grafiti pintado en la puerta de protección de un negocio, conozco esa imagen muy bien. El efecto de las patillas empieza a influir en mi mente, ya no veo todo sin vida, sino que ahora hay mucho color.

Observo la habitación por unos segundos, el lugar se veía completamente diferente, y yo me sentía de esa forma; era una hermosa fantasía, pero, aunque quisiera disfrutarla, dentro de mi sentía que algo pasaba. Mi mente da vueltas, cosas vienen a mi cabeza y me hacen sentir aturdido, y observado. Doy pasos hacia atrás sin entender que pasa, creía que el tratamiento funcionaria, sin embargo, al parecer, eso no estaba pasando, porque sabía que estaba en una mentira.

Miro hacia uno de los lados y la imagen de algo que se me hace conocido aparece brevemente ¿Por qué ahora nada parece tener sentido? Acerco mis manos hacia una de las paredes a mi lado tocándola, y estas inmediatamente se llenan de color, en ese momento me di cuenta que nada es real y que estaba atrapado. Con desesperación, pasé mis manos por las paredes y luego de darme cuenta que no podría salir, comencé a romper el tapiz blanco que las cubría, ahora no solo estaba lleno de pintura sino de plumas.

—¡Esto no es real, nada es real!— grité mientras empujaba mi cuerpo hacia las paredes, tenía que salir de ahí, yo no estaba enfermo, todo era una mentira.

Seguí luchando por unos segundos hasta que mi mente se desconectó de mi cuerpo y mi vista se posó en la puerta de la habitación, alguien me estaba mirando, pero no pude saber quién era porque caí al piso desmayado, me sentía agotado después de tanto luchar. ¿Por qué tuve que encerrarme en aquel lugar? ¿Por qué tuve que mentir? Era un completo estúpido por haber permitido eso, quería salir de ahí.

Lentamente mis ojos se abrieron poco a poco, me había despertado el sonido de una brisa junto con el cantar de unos pájaros. Con pesadez me coloque de pie, y algo confundido me acerque a la puerta de la habitación, por las hendiduras de esta, una radiante luz se escapaba. Miré por medio la pequeña mirilla que tenía la puerta y lo primero que vieron mis ojos fue un paisaje hermoso, podría decir que era lo único que había detrás de la puerta, pero tenía que dejar mi miedo y ver que había más allá.

Abrí la puerta y salí con lentitud de la habitación, dándome cuenta al instante que el hermoso paisaje era un cuadro perfectamente colocado para que fuera lo único que viera, aunque había un mundo más amplio fuera del pequeño cuarto en el que estaba encerrado. Me siento tranquilo, un peso se me ha quitado de los hombros; sin pensarlo, meto mi mano dentro de uno de mis bolsillos y saco el tan anhelado chocolate que llevaba tiempo queriendo probar.

Al sentir el sabor de aquel dulce en mi boca, una sonrisa aparece en mi rostro, el cuadro frente a mí ya no es lo único que hay en mi vida, y tampoco aquella habitación blanca en la que estaba, había mucho más que no sabía. Miro a un lado y camino en dirección a la blancura de lo desconocido. Sin darme cuenta el cuadro del bosque que había estado viendo se transforma en la imagen de una madre sosteniendo a su hijo, era el hijo prodigo que se encaminaba de vuelta a su hogar.