Capítulo 30

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Lean todo por favor, es importante para mi.

[°°°]

El sonido emitido por el aparato de monitoreo despertó a Emilio, los ojos le pesaban y su cuerpo se aferraba a la cama, pero el llanto de la pequeña no cesaba y retumbaba por toda su cabeza, con cuidado se levantó haciendo que el aire frío golpeara su torso desnudo.

Camino a la habitación y la tomo entre sus brazos, supuso que tenía hambre y se dirigió con ella a la cocina, preparo la leche quemándose varias veces y casi tirando el bote entero de fórmula y con cuidado se lo dio a la bebé. A esas alturas el sueño se había ido por completo. Emi miraba atentamente a la pequeña comer que dejó de prestar atención a su alrededor.

— Que guapo te ves — una dulce voz un poco ronca y algo adormilada lo saco de su trance

— ¿Hace cuanto estas ahí?

— No mucho — respondió acercándose y robándole un beso al de rizos y a la pequeña

— ¿Dormiste bien? — cuestionó Emi sacándole el aire a la pequeña

— Si — asintió Joaquín dirigiéndose a la cocina por un café

— ¿Lo haremos esta noche? — pregunto curioso el rizado

— Si, pero antes debemos hacer algo — este bebía un sorbo de su café

— ¿Qué?

— Tú solo acompáñame, ¿si?

— Hasta el fin del mundo — Emilio había dejado a la bebé en la cuna de la sala y alcanzó a Joaquín en la cocina para abrazarlo por la cintura

— Te amo — dijo el castaño sutilmente para después depositar un beso en los labios del mayor

— Sabes a café, aunque me gusta más el otro

— ¿Cuál otro?

— El que ayer descubrí

— No entiendo — el castaño estaba confundido

Emi se acercó al oído del más pequeño poniéndolo nervioso — sabes a chocolate — dijo para después morder levemente la oreja de Joaquín y erizandole por completo la piel

— Emiiii — la pena y nerviosismo había  invadido su cuerpo al igual que el color carmín sus mejillas

— ¿Qué?, hace tiempo me dijiste que averiguara tu sabor, y lo hice — fue entonces que Joaquín recordó aquel día cuando ambos prepararon el pastel de chocolate y sonrió estúpidamente — por cierto gané cariño mío — dijo con una sonrisa triunfante desarmando por completo a Joaquín

— Ni creas que te salvas, que a la próxima me toca a mi — atacó el más pequeño pintando más sus mejillas mientras Emilio regresaba con la bebé dando por terminado el tema

[°°°]

Joaquín se encontraba nervioso, a pesar de haberse bañado minutos antes ya se encontraba envuelto completamente en sudor, apretaba cada vez más la mano de Emi haciendo notar su nerviosismo.

— Todo estará bien, ya veras — alientó Emilio

— Eso espero — respondió y volvió la mirada a la enorme puerta color blanco de la residencia Bondoni — hagámoslo — trago una bocanada enorme de aire y tocó el timbre el cual resonó por la gran mansión

No paso mucho cuando Alicia abrió la puerta, desconcertando a Joaquín pues ella nunca abría, normalmente lo hacía la servidumbre.

Cógeme - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora