Capítulo 23

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[...]

— Todo esta saliendo bien amor — la rubia se acurrucaba en el pecho del rubio

— Veo que si sabes hacer las cosas bien Mariam — la miro y con una de sus manos la tomo del mentón — y así me gusta

— Solo era cosa de que me dieras tiempo

— Mariam — un pequeño silencio inundó la habitación — ¿Estas segura que no esta fingiendo?

— Claro que no lo esta haciendo...Emilio lo sabría y si eso fuese real yo lo sabría, lo conozco mejor que nadie, el no sabe mentir, además que literalmente puedes ver el dolor en sus ojos

— Por fin estamos consiguiendo lo que deseabamos, tú con tu...

— Ni se te ocurra decirlo — la rubia se levantó y lo miro retadoramente por primera vez

— ¡Hey!, no es mi problema el que odies la realidad

— Cállate ya Peter, que haces que mi odio regresé

— Ya pequeña, no te enojes — se sentó en la cama y le dio un corto beso en los labios y colocó su mano en el vientre de la chica— le puede hacer daño a mi pequeño sobrino — después de pronunciar la última palabra soltó una risa — o debo decir... a mi pequeño hijo — Mariam lo miro y el siguió acariciando su vientre

[...]

— Entonces... ¿Mariam esta mintiendo? — cuestiono el rizado con una cara y tono de voz de sorpresa después de lo que le dijo el castaño

— Así es, ese niño no es mío — colocó una de sus manos sobre el muslo de Emilio — no soy estúpido, la única vez que me metí con ella sin protección fue hace más de tres meses, no creo que apenas hace un mes se haya embarazado de ese día

— ¡¡Idiota!! — Emilio le soltó un golpe en el brazo — ¿sabes lo que sentí aquel dia en el hospital cuando fingiste recordarla a ella y me soltaste de putazo la noticia del embarazo? — sus ojos estaban ligeramente húmedos — hasta María se saco de pedo cuando le dije entre llantos

— Si vieras la cara que puso cuándo se lo dije yo

— ¿Qué? — cuestiono con sorpresa e incertidumbre el joven de rizos

— Ah, es que aún hay algo más que debes saber

[°°°]

La joven chica de cabellos dorados entro a la habitación con su típico uniforme blanco y el expediente de Joaquín.

Se acerco a él y lo miro, un poco golpeado y aún inconsciente, no pudo hacer nada más que acomodar su cabello y procedió a ponerle más suero. María se encontraba ordenando los antibióticos del pequeño mueble cuando el sonido del monitor de signos vitales llamo su atención, los latidos del menor se habían acelerado y cuando miró a el joven esté ya estaba despierto.

— ¿Joaquín? — la rubia se acerco a la camilla para mirarle — n... no te muevas ire por el doct... — la chica estaba comenzando a caminar mientras hablaba, pero paro en seco cuando Joaquín la tomo del brazo

— Espera, no vayas

— Tengo que hacerlo, el doctor debe revisarte, yo solo soy una enfermera, el debe de decirnos si estas bien, si...

— María, María, estoy bien, te prometo que estoy bien — la soltó y la miro con un rostro serio — pero necesito de tu ayuda

Cógeme - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora