Capítulo 26

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[...]

"Mariam y Emilio son medios hermanos"

Esas seis palabras retumbaron en los oidos no solo del rizado, si no también en el de los presentes.
María aún mantenía la mirada retadora y llena de irá. Yatana solo podía mirar con sorpresa a Mariam, Joaquín, el estaba en shock total, mientras miraba a Mariam dejarse caer ante el sofá y a María retarla aún más.

— ¿Mariam? — habló sutilmente Joaquín — ¿Eso es verdad?

— Sí — pronunció la rubia para después tragar duro

— Eso no es cierto — una voz proveniente de la puerta de la recámara principal inundó los oídos de todos

— ¿Emilio? — cuestionaron ambas rubias al verlo salir de la habitación

— ¿Porque no me dijiste que el estaba aquí? — preguntó María al castaño con el corazón desecho

— Intente decirlo, pero no escuchaste — respondió Joaquín mientras miraba a Emilio con ojos cristalinos

— Eso no es cierto Mariam — repitió — Mi madre es Constanza y la tuya es Leticia — la voz de Emilio no tenía sentimiento alguno, o al menos era difícil a estas alturas percibir lo que este sentía — mi padre se llamaba Hernesto y el tuyo Rodrigo

— Lo único cierto de lo que acabas de decir es que tu padre y mi padre no son los mismos — lo miro con rencor — pero Leticia también es tú madre... y tu la mataste — soltó, generando un volcoteo de emociones en el rizado

— ¿De qué estás hablando? — cuestionó el rizado sin saber lo que esta historia provocaría en el

— ¿Quieres saber como la mataste?... Bien, escucha...

[°°°]

Leticia Ayluardo se encontraba una vez más en su trabajo en la joyería que le había heredado su padre con sus dos pequeños hijos, Mariam de tan solo 6 años y Emilio de 3.

La hora de la comida había llegado y la mujer bajo hasta la mitad la cortina de metal del pequeño local, entró a la pequeña cocinita que tenía instalada y coloco la comida en el microondas para calentarla.

Ambos pequeños tenía mucha hambre para este entonces y aturdían a su joven madre con el sonido de sus voces pidiendo comer.

— Elizabeth — llamo la mujer a la pequeña rubia que jugaba con sus muñecas

— ¿Si mami?

— Ve por tu tía Constanza a su local, dile que es hora de comer.

Oki — asintió la pequeña y salió del local

— ¿Emi?

— Shi mami

— Ven, ven amor — pronunció la mujer y el pequeño se levantó del suelo dejando atrás la pequeña carretera que había formado

— Hoy es el cumpleaños de tu hermana y en lo que ella va por Constanza tu y yo iremos por el pastel al local de Samara, ¿okay?, pero no digas nada

— Si mami — asintió el pequeño niño de rizos y coloco su dedo índice en sus labios simulando un "shh"

La mujer tomo su monedero, y al pequeño de la mano, estaban por salir cuando la cortina de metal fue subida por completo, Leticia creyó que Constanza había llegado, pero vaya fue su sorpresa al ver a dos hombres con la cara cubierta y armas blancas en una de sus manos.

Cógeme - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora