10.

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martín vargas:

todo cambiaba un poco más cada vez. lucía parecía ser alérgica al contacto físico conmigo, cada vez que la abrazaba no duraba mucho, se separaba inmediatamente, parecía que mi tacto le quemaba.

sí tan solo entendiera que si ella está lejos me quema, no necesitaba que me abrazara todo el tiempo pero pensar en que se quería alejar de mí por acciones del pasado, me dañaba. La conocía tanto que sabía que cuando ella se alejaba de esa forma de una persona es porque siente algo por ella y quiere reprimir eso y no dejar que salga a la luz.

y aunque no sabía si ésta vez lo hacía por eso, lo que sí sabía era todo sobre ella. Siempre tratando de controlar todo de si misma, si alguien le gustaba lo ocultaba y lo reprimía, hacía esto a modo de defensa cuando tenía miedo de salir dañada.

pero yo sería incapaz de dañarla, de lo que sí soy capaz es de hacer todo por ella y que si ella se quema yo también. Aún teniendo todos estos sentimientos a flor de piel, no se lo había comentado a ella pero sí a irina que me obligó hacerlo porque decía que era mi forma de no ahogarme en mi propio mar.

-¿cómo fue que supiste que te gustaba, cuando empezó? -preguntaba iri a través de la línea del teléfono.

"estábamos bajo la sombra de un árbol, los muchachos jugaban fútbol junto a susana. Lucia no era la más deportista y decidió sentarse bajo esta enorme sombra a leer, estar junto a ella se sentía diferente porque luci siempre me hizo ver todo de una forma distinta. Desde hace unos días que reír junto a ella me daba una sensación diferente y desde hace unos días ella me parecía la niña más linda del mundo.

-¿por qué no estás jugando con ellos? -preguntó mientras se ponía sus gafas de sol y cerraba el libro.

-no quería dejarte sola. -contesté, se acercó a mí y dejó un beso en mi mejilla y escondió su rostro en el hueco que se formaba entre mi cuello y mi clavícula. Su respiración chocaba contra mi piel haciendo que los vellos se erizaran.

me sentía en paz, me sentía tranquilo. Bajé un momento mi vista hacia su rostro y hubo un roce accidental pero que ella jamás lo tomó a mal. Pero aquel roce abrió la puerta de mis sentimientos y aclaró las dudas que venía cargando ¿Era normal que siempre quisiera verla y tenerla a mi lado? Sí era normal, porque me estaba enamorando.

nuevamente esbozó una sonrisa y se levantó de ahí. Me dejó solo y con mis dudas ya aclaradas. Sí estaba enamorado de ella, por eso mi corazón palpitaba tan rápido cada vez que la tenía cerca y por eso la apreciaba cada que podía, porque yo sabía que la quería para algo más que una amistad y hasta me animaba a decir que es mi alma gemela."

-martín pero es necesario le digas. -me regañó la mexicana.

-no es necesario Irina. -insistí.

-si sigues ocultando eso te ahogarás en tus sentimientos y eso no es bueno, no es bueno guardarse todo vargas morales. -siguió con su regaño.

-¿y qué pretendes que haga? Es mi amiga desde hace ocho años iri, no puedo echar a perder ocho años.

-tampoco puedes echar a perder tu estabilidad emocional, debes sacar eso de ti, y no me refiero de contarle a todos, porque de nada te sirve contarle a todos tus sentimientos por ella, y que no se lo cuentes a ella.

-puede que tengas razón, lo pensaré.

-eso espero martín te dejo, hablamos luego.





lucía osorio:

Los sentimientos por Martín crecían en manera potencial, y cada vez era más difícil ocultar aquello. No quería sentir nada por nadie.

Hace cuatro meses había terminado mi relación. Y aunque yo sabía que esto viene desde antes. Desde mi primer beso había sentido algo, pero no le preste atención, estaba saliendo con Juan Pablo y él me gustaba.

Pero yo misma sabía que eso podía pasar, se trataba de mi primer beso, y algo iba a marcar en mí aparte del momento.

Pero yo simplemente me rehusaba a sentir algo por mi mejor amigo. Pero no se manda sobre el corazón y en estos momentos me odiaba por no poder abrazarlo, teniendo claro que en sus brazos era mi lugar seguro.

"Lloraba fuertemente, estaba asustada, un tipo venía atrás mío, yo corría para que no lograra alcanzarme, tomó mi brazo y lo jaló, logré zafarme de su agarre y corrí aún más rápido pero el tipo seguía corriendo detrás de mí, en cuanto vi la entrada de la casa de los Vargas me metí ahí, toqué la puerta desesperadamente y Martín abrió. Me rodeó con sus brazos y me prometió que todo iba a estar bien.
-Todo estará bien, mientras estés entre mis brazos nada te pasará. -dijo besando mi cabeza.-"

Tomé mi teléfono y escribí un mensaje.

Lucía Osorio:
¿Puedes venir? Necesito hablar.

visto 3:30pm.

Martincho.❤:
Claro, ya voy para allá.❤
visto 3:31pm.

No pasó mucho tiempo para que Martín estuviera en casa. Estábamos sentados en el suelo de mi habitación, ninguno decía nada.

-Martín yo quiero hablarte de lo que está pasando, sé que has notado que ya no soy como antes, que no soy tan afectiva, pero como te explico. -dije mientras jugaba con mis uñas.-

-Yo no te voy hacer daño Lucía, si eso es lo que crees, sería incapaz -dijo tomando mi mano- sabes que siempre estaré para que puedas tomar mi mano.

Sonreí y puse mi cabeza en su hombro. ¿Valía la pena arriesgarse y hablar directamente de lo que estoy sintiendo? No lo creo.

-Te extraño, extraño a la Lucía que me veía y no dudaba en sí debía abrazarme o no.

-Es que la Lucía de ahora está medio tonta -dije riendo- pero ahora que estamos bien, no lo dudaré más.

Rozó sus labios con los míos y dejó un corto beso. Tal vez si era hora de hablarle de lo que siento, o de al menos dejar ver que fluye.

toma mi mano ; martín vargas [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora