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Martín Vargas:

—UNA MÁS Y NO RESPONDO VARGAS —le gritaba Lucia a Simón.—

Simón tenía el mando del play en su mano y estiraba su brazo para que ella no lograra alcanzarlo, ya que estaban jugando y ella hizo trampa. No lo pensó más se subió al sofá y se lanzó contra la espalda de Simón y logró quitarle el mando.

—Era más fácil que se lo diera, pero era una situación muy divertida —dijo mi hermano riendo—

Simón se fue a su habitación y quedé solo junto a Lu jugando Mario Kart.

—¿Ya sabe que carrera quiere llevar? —me preguntó.—

—No, la verdad es que no lo sé, estoy entre medicina y diseño gráfico, ¿Usted? —dije sin quitar la vista de la pantalla.—

—Yo sí, quiero llevar administración aduanera —respondió.—

—Es que aún no sé, medicina es una gran carrera y mayor oportunidad en campo laboral, pero aún así no me convence, sin embargo diseño gráfico si.

—Marto —dijo poniéndole pausa al juego— yo le recomiendo que haga las cosas por vocación y no por obligación, si le gusta más diseño gráfico, estudie diseño gráfico. —dijo para después darme un corto beso.—

—Ya sé, tampoco tengo mucho tiempo para pensar, dentro de dos días tengo que matricular. —dije preocupado.—

—Ya le dejé la opción sobre la mesa, siempre le ha gustado dibujar, de pequeño pintaba mucho ¿recuerda? me ha regalado varios dibujos, ganó festivales de las artes en categoría de diseño, que lo atrasa. 

—Pensar en mi futuro, Lu. —dije abrazándola.—

—Su futuro va a estar bien, si usted elige bien, cuando uno hace las cosas que ama, siempre le va bien.

[...]

Estábamos matriculando para la universidad, ya hace dos meses de que nos graduamos, misma cantidad de tiempo que llevábamos de noviazgo.

—Listo, ya matriculé. —dijo sonriendo.—

—Yo igual, al final me decidí por medicina. —dije tratando de sonar emocionado.—

Ella me miró mal y yo me encogí entre hombros. Había decidido que mejor sería estudiar medicina, porque tenía le idea de que tal vez me iría mejor, tenía que pensar en mi futuro, yo no tenía nada asegurado. 

Las clases empezaban dentro de dos días, estaba un poco ansioso para ser sincero, me daba emoción pero a la vez un poco de miedo.

—¿Estás seguro? —preguntaba mi madre mientras ayudaba a Alicia a comer— no quiero que luego ande saltando de carrera en carrera como su hermano. —dijo viéndome, acción que hizo que Simón la mirara mal.—

—Estoy seguro ma, tranquila. —la verdad lo decía más para mí mismo que para ella.—

-

—Te ves muy agotado —hablaba mi novia mientras me hacía piojito— amor, yo creo que ésta carrera acabará por matarlo. 

—No quiero dejarla, quiero probar que yo sí soy capaz de terminarla. —dije triste.—

—No le tiene que probar nada a nadie —dijo molesta— todos lo apoyaríamos si es que decide dejarla, usted es capaz de muchas cosas, nadie le dice contrario, solo que es necesario que busque estudiar lo que le guste realmente.

Llevaba seis meses de estudiar medicina y ya quería acabar, aunque era una carrera interesante no era lo que yo estaba buscando realmente, y ahora me sentía perdido y estresado por no saber que rumbo tomar, veía a Irina feliz estudiando ingeniería civil, a mi novia estudiando administración aduanera, enamorada de su carrera, y yo sin saber qué hacer realmente, una parte de mí quería no estudiar y viajar, pero para eso necesitaba dinero y para tener dinero, necesitaba trabajo, y para trabajo necesitaba estudios.

—Mire, me tengo que ir para adelantar trabajos, le recomiendo que mañana no vaya a la universidad, y medite más lo que quiere hacer—dijo sonriendo— hasta luego. —dijo para acercarse  a mí y darme un beso.—

La jalé del brazo para que cayera sobre mí, y sin dejar de besarnos, se sentó sobre mí y yo pegue mi espalda al respaldar de la cama. Lucía se movía de manera lenta y yo solo trataba de pensar en la biblia en estos momentos para que no pase a más, Simón y Alicia estaban abajo jugando.

Llevé una de mis manos a su cintura y con cuidado metí mi mano debajo de su blusa, bajé mis besos a su cuello, y ella metió su mano debajo de mi cabeza y pasaba sus uñas por mi espalda, ya en estos ni pensar en la biblia nos salvaba, estaba por sacar su blusa cuando la puerta de la habitación se abrió de un golpe.

—Marto.

toma mi mano ; martín vargas [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora