2.

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los últimos días eran resumidos en verme con Isaza al final del día escolar y luego ira casa de los vargas para contarle todo a Martín que como siempre, disponía de su tiempo para escucharme y aconsejarme. Todo había dado un pequeño cambio, empezando porque yo no tenía muchos amigos, socializar no era mi fuerte y mi círculo se había expandido un poco más.

antes de empezar a salir con isaza no hablaba mucho con sus otros amigos, con villamil hablaba muy poco y con quién si conversaba un poco más (además de simón) era con Aleho, siempre fue amable y eso me dejaba un poco más en calma. Estos días había empezado hablar más con ellos y a la hora del almuerzo se sentaban con nosotros.

en cuánto la "relación" con juan pablo yo me sentía bastante insegura, más allá de que aveces me hiciera halagos y demás yo no estaba segura de gustarle. Martín me decía constantemente que dejara de sobre pensar las cosas pero eso para mí era imposible, él lo sabía.

ahora mismo estábamos en la cafetería a la que vinimos por primera vez, mientras él me contaba sobre las pruebas finales y todo el tema del bachillerato. Juan Pablo hablaba con soltura y tranquilidad mientras que mi cerebro expulsaba mil preguntas por hora.

— pero yo hoy no te invité para hablar del bachillerato Lu, te invité porque quiero decirte algo —decía mientras tamborileaba sus dedos contra la madera de la mesa— creo que ser directo es la mejor opción, así que iré al grano y es que... —parecía que le estaba costando y yo luchaba por no hacerme mil ilusiones— es que usted me gusta. —declaró finalmente.

sentí como el aire se me fue por un momento, él me miraba esperando una respuesta y yo trataba de darle una pero justamente mis neuronas no estaban conectando para lograr pronunciar alguna palabra. 

—juan, pues si estamos siendo directos —dije mientras jugaba con el borde de mi falda— usted también me gusta. —confesé, sentía el calor en mi mejillas y me sentía totalmente ridícula. Juan Pablo con una sonrisa en su rostro se acercó para dejar un beso en mi mejilla, y estuve por entrar en pánico al creer que casi doy mi primer beso.

luego de charlar un rato más tomamos nuestras cosas para irnos a casa, cómo siempre él me iba a dejar aunque muchas insistí en que podía irme en taxi. Cuando estuvimos frente a mi casa dejó un beso en mi frente y me miró con una pequeña sonrisa.

—hasta mañana lu. —dejó otro beso en mi mejilla e hice lo mismo, cuando entré a casa se dio media vuelta y siguió con su camino. 

caminé hasta mi pieza, mamá aún no salía del trabajo así que me daría un baño para después preparar la cena. Dejé mi bolso sobre la silla de mi escritorio y luego hice la rutina de siempre, cuando sentí que ya estaba limpia salí de la ducha y me vestí para bajar nuevamente hasta la cocina y empezar a cocinar.

tomé mi teléfono para llamar a martín porque tenía que contarle todo, no tardó mucho en atender.

—lucía osorio ¿qué son éstas horas de aparecer? —escuché su voz al otro lado de la línea y luego soltó una risita.— ¿cómo le fue con isa?

—en primer lugar, yo soy mayor que usted así que me baja ese tono —dije y ambos reímos— y en segundo lugar, pues... ¡juan pablo me dijo que le gusto! —grité y luego puse la llamada en altavoz para poder seguir con mi tarea culinaria.

—¡al fin! —gritó— isa es un chico excelente lu, estoy seguro de que él sí sabrá cuidar el rayo de sol que eres. 

—gracias marto, no sabes cuánto te amo. —contesté y escuché su risita.

no lu, yo te amo. 



toma mi mano ; martín vargas [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora