𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIE

24 | Verdad o reto

—¿Verdad o reto?

—Verdad.

Richie sonrió.

Estaba atardeciendo, se habían aburrido de tantas películas y estar sin nada que hacer aparte de besarse —cosa que no molestaba a Richie—. Pero el castaño lo había convencido de jugar algo, y como el de lentes no poseía juegos de mesa en su casa, después de unos minutos buscando en internet, habían optado por verdad o reto.

Hasta ahora iba todo bastante calmado y divertido. Desde «¿Cuánto pesaba tu mamá?» a «¿Cómo fue tu primer beso?»

—¿A que edad te casaste?

Eddie ni lo pensó, simplemente habló rápido.

—A los 34, supongo que estaba bien. — elevó los brazos desinteresado. —No quería aplazarme tanto.

—¿Aplazarte? ¿Te iba a dar un virus o algo por no cazarte antes de los 40?

Eddie rodó los ojos, su mamá siempre le había dicho que sería un hombre con una familia ejemplar. Por eso mismo no debía esperar demasiado y conseguir una mujer para pronto casarse y tener hijos. Supuso que por ello a un comienzo fue tan apresurado en pedirle matrimonio a Myra a solo 8 meses de conocerse, y aunque se había casado casi medio año después, nunca pudieron concebir hijos lo cual agradecía.

Aunque siempre se preguntó el por qué de ello.

—Cállate, bocasucia. — Richie sonrió y con su mano hizo un ademán como si cerrara con un cierre su boca. —Ahora tú, ¿verdad o reto?

Richie señaló sus labios «sellados». Eddie sonrió y se acercó a besarlo rápido y se alejó mientras el de lentes sonreía.

—Reto. No soy un aburrido.

—Bien, te reto a utilizar lentes de contacto. — Richie hizo una mueca. —Vamos.

Eddie había visto el par de lentillas en el baño. Se preguntó mentalmente hace cuanto los tenía ahí sin siquiera tocarlos.

El de lentes bufó, por un tiempo estuvo utilizando lentes de contacto pero finalmente se había jactado de ellos ya que siempre tenía problemas al quitárselos e incluso a veces se le olvidaba. Por lo mismo prefirió seguir con sus lentes a pesar de todo, sin contar que ya estaba totalmente acostumbrado a ellos.

—Bien, pero si después no me los puedo quitar será tu culpa.

Richie corrió escaleras arriba para ir al baño y dejar sus lentes en el mueble superior, se colocó las lentillas mientras parpadeaba para acomodarse a ellos y después de unos segundos caminó escaleras abajo hacia el castaño. Éste lo veía sonriente.

—Adiós cuatro ojos. — Richie hizo una mueca.

—¿No te gustan mis lentes? — preguntó ligeramente triste, siempre pensó que ellos le daban un toque a pesar de ser excesivamente grandes y desfigurar su cara cuando niños. Creía que a Eddie le gustaban.

—Claro que si, de hecho nunca te imaginé sin ellos en la normalidad. — sonrió. —Por eso lo hice, para ver si te queda o no. Prefiero los lentes.

Richie sonrió, se acerco y besó al menor mientras seguía los suaves movimientos de sus labios. Colocó las manos en su cadera y comenzó a subir de a poco bajo su ropa acariciando su torso, Eddie lo golpeó de un manotazo y se separó con una sonrisa divertida.

—¡Aún no terminamos el juego!

Richie gruñó pero no se opuso. Se posicionó nuevamente frente al menor.