07 | Beep-Beep, Richie.

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Su cuerpo temblaba, Eddie se encontraba cubierto hasta la cabeza de frazadas pero aún así sentía su cuerpo contraerse. Se tanteó los brazos y parte del rostro para tener conocimiento de su temperatura corporal, estaba tibio, hizo una mueca y volvió a cerrar los ojos tratando de descansar.

Tal vez estaba demasiado ansioso, o cansado.

Después de otros cinco eternos minutos volvió a darse vuelta intentando conciliar el sueño. Se sentía agotado, sus músculos dolían y sus huesos parecieran que le sumaron otros 10 años.

Aún así no podía dormir.

Diviso el reloj sobre el velador a un lado y revisó la hora, las 2:35 a.m.

Maldijo internamente, llevaba más de 3 horas dando vueltas en la cama.

Decidió levantarse, se abrigó lo más que pudo y bajó a la cocina para preparar una taza de té para calmar los escalofríos.

Una vez listo, se acomodó en la mesa, observó lo grande del lugar y lo moderno que todo lucía.

Richie Tozier era un total un éxito.

Sonrió recordando aquellos días en que se juntaba el grupo de perdedores a contar sus sueños de adultos, todo ahora parecía tan lejano a lo que alguna vez fue su vida en Derry.

—¡Vete al diablo, Stan orina! — Richie gritó al judío el cual lo había empujado del brazo haciéndolo caer del cómodo sofá en donde se encontraba.

—¡No me llames así! Y aparte, no entras aquí, Richie. — Stan se acomodó en el sillón y suspiró, se encontraba junto a Beverly, Bill y Mike los cuales a duras penas cabían en el sofá de 3 cuerpos en la cochera de Bill el Tartaja.

—¡Claro que si entró! ¡Solo que tú, y tu culo plano no quieren darme un espacio!

—S-Silencio-o R-Richie. — Bill bufó, llevaban más de 10 minutos peleando por el sofá más grande cuando habían pequeños pouf alrededor para sentarse.

Tal y como Eddie, y Ben se encontraban. Cada uno en el lado contrarío.

—¡Todos ahora están con Stan-me-jodo-a-Jesús!

—¡Beep-Beep, Richie! — Eddie mencionó aún con la vista en su cómic, estaba cómodamente recostado sobre un pouf gris.

—¡Jesús! — gritó sobre-actuando mientras se tomaba el pecho adolorido. —Oh. Perdón, Stan. —bufó mientras se posicionaba junto a Eddie quitándole la historieta que tenía en mano. —Este no es un buen cómic, mi señorrrr. — imitó un asentó extranjero bastante malo a opinión del menor.

—No me importa, y deja tus estúpidas voces, no son buenas. —Eddie volvió a tomar su cómic, y lo dejó a un lado para que el de lentes no se lo quitara nuevamente.

—¡Claro que son buenas! Y cuando sea famoso, llorarás por no haberme apreciado cuando podías.

Eddie rodó los ojos con una ligera sonrisa, Bill que estaba observando a sus amigos no pudo evitar pensar en lo que había dicho Richie, y como en algunos años, tal vez todos se separarían y harían su vida lejos de Derry.

—¿Qué t-te gusta-aría h-hacer de g-grande, Ri-ichie? — el ojiazul suspiró frustrado, odiaba tartamudear tanto.

—Llevarme a la mamá de Eddie a la cama y que no le de un ataque mientras sube la escalera. — Eddie lo golpeó. —¡Ay! Con amor, Eds.

Se acarició la zona del brazo afectada mientras hacía una mueca.

—De verda-ad, b-bocazas.

𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora