EPÍLOGO

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3 de septiembre, 2018

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3 de septiembre, 2018.

—No puedo creer que hayas hecho eso. — suspiró. —Que vergüenza.

Eddie estaba sonrojado, Richie quien había recién bajado del escenario recalcando un: «Feliz cumpleaños al amor de mi vida quien esta esperándome atrás de escena, tu regalo estará hoy en la cama esperándote con un nuevo traje» había reído al ver la expresión del castaño.

Las risas por parte de los espectadores no habían faltado.

Llevaba poco más de 6 meses que había vuelto a los escenarios a realizar lo que mejor hacía —aparte de amar a Eddie—, llevaba al castaño a cada presentación y éste disfrutaba mucho de ver lo talentoso que era su hombre.

Eddie había conseguido un trabajo bastante bueno, seguía siendo analista de riesgos pero ahora en L.A. estando a cargo de una compañía muy reconocida en aquella ciudad.

—¿Hablaste con Ben? — Richie pasó sus brazos por los hombros del castaño atrayéndolo a su cuerpo mientras caminaban al auto.

—Si, llegarán dentro de una hora al restaurant.

—Genial, esta noche será increíble.

—Si. — el castaño besó al de lentes mientras sonreía. —Estoy jodidamente anciano.

Richie rió.

—Estas como el vino. Mientras más viejo, más bueno. — Eddie negó divertido, dejó un casto beso sobre sus labios y se subió al vehículo encendiéndolo.

—Súbete — le dijo. —, iremos a cambiarnos y después al restaurant.

—A su orden, abuelo. — Eddie rió.

—Tu eres mayor que yo.

—Si, y orgulloso.

El castaño avanzó por la carretera, no estaban lejos de su hogar así que a los escasos 15 minutos ya se encontraban ahí preparándose para salir nuevamente. Eddie se colocó un traje azul el cual Richie le había obsequiado hace un par de semanas, y el mayor había optado por algo más cómodo, aún así era ligeramente formal.

Después de algunos besos y toques juguetones, salieron de casa para ir donde habían coordinado en juntarse con los demás perdedores para celebrar el cumpleaños del castaño.

—Buenas noches, señor Tozier. — el gerente que los atendió revisó una lista que poseía. —Su reservación es para la sala del fondo, esperamos que la disfruten.

—Gracias.

El de lentes sonrió amable y avanzó de la mano junto a su amado por el restaurant hasta llegar a la parte trasera del local. Agradecía que aquel local era más privado y tendría una habitación sola para ellos y sus amigos sin ninguna interrupción aparte del garzón que vendría a dejarle la comida.

𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora