—Escuche algo. — dijo Eddie divisando por la ventana.
—Si, también yo. — ambos observaron cuando un auto se posicionó cerca del descapotable de Richie. —Mierda.
El corazón del castaño comenzó a latir más apresurado, vio cuando Bill y Mike bajaron del auto donde venían y sintió sus manos temblar.
—Diablos. — Richie lo se examinó con la mirada, se percató de su nerviosismo y lo tomó de las manos acariciándolas con suavidad.
—Esta bien. — le sonrió. —Ahora ve al cuarto, cuando lleguen Ben y Bev sales. Como acordamos.
El castaño asintió.
Se escuchó el sonido del timbre resaltar por las paredes del lugar, Richie beso la frente del menor y lo tomo de los hombros llevándolo a una habitación cercana al living. Eddie cerró la puerta de ahí y se acomodó en la cama, escuchó los pasos de Richie acercándose a la puerta y como abría esta misma.
—¡Gran Bill, Mike! — el de lentes los saludo bastante animado, su nerviosismo se había evaporado una vez observó a sus amigos. —Están en su casa.
Los dejó entrar no sin antes darles un abrazo por saludo, ambos —bastante asombrados por la actitud de Richie— se adentraron a su hogar observando de reojo el lugar. Era bastante elegante y ordenado, todo lo contrario a lo que el de lentes acostumbraba de niño.
—Richie, ¿cómo te encuentras? — sonrió, a pesar de imaginarse que había sucedido algo grave, la actitud del de lentes lo hizo sentirse más calmado.
—Bastante bien, Tartaja. — Bill rió, hace mucho que no lo llamaba así. Años. —¿Y ustedes? ¿Cómo estuvo el viaje?
—Bastante agotador. — el ojiazul mencionó, era de esperarse, venía desde Reino Unido.
—Nos preocupaste. — Mike habló más serio. —¿Qué era lo urgente que nos tenías que decir? — a diferencia de la actitud calmada y relaja de Richie poseía en ese instante, Mike era su contraparte. Estaba algo agitado y sentía que aquello no estaba bien.
—Cuando estemos todos les diré.
Justo en ese instante el celular de Richie comenzó a sonar, el de lentes deslizó el pulgar por la pantalla y contestó a su amiga pelirroja que le marcaba.
—Richie, es Beverly. — la voz de la pelirroja se oía ligeramente risueña.
—Gracias por aclararlo, por poco pensé que era Ben. — Beverly se asombró, en todas las veces que ella había llamado a Richie este nunca se mostró bromista a pesar de ser un comediante. Derry le había afectado demasiado. —¿Qué sucede, Bev?
—Creo que nos pasamos, ¿Podrías guiarnos? — observó a Ben de reojo, seguía manejando bastante seguro de si mismo. —Vamos por Pacific Coast, pasamos un muelle hace unos minutos.
—Van bien, ahora deberían estar llegando. Es la primera residencia que vean a su derecha.
—¡Llegamos! — el de lentes escuchó la voz de Ben a través del auricular, camino a su ventana y sonrió al ver un Cadillac entrar a su propiedad.
Corto la llamada.
Ben reía repitiéndole a su esposa que no debió desconfiar de él, la pelirroja solo bufó divertida y salieron del auto acercándose a Richie el cual había salido de su casa para acercarse a abrazarlos.
—¡Ben, Bev, estoy feliz de verlos! — abrazó a la pelirroja quien le siguió el abrazo rápidamente. Se separó y caminó al rubio. —Sigues igual de bronceado y apuesto. Estoy celoso.
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𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIE
Hayran Kurgu𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | ❝ Han pasado 14 meses desde la muerte de Eddie Kaspbrak, los perdedores restantes han aprendido a sobrellevar sus vidas después de ese atosigante suceso pero el único que parece no superarlo es Richie Tozier. Lo extrañaba, joder, lo...