28 | Visiones de Maturin

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—Admitir que le tengo un ligero miedo al fuego, ¿servirá de algo? — Ben habló mientras veía el humo emanar desde la entrada de la guarida subterránea.

—¿Le tienes miedo al fuego? ¿Entonces por qué esos poemas a Bev de: «Tu cabello es fuego en invierno»? — Richie acomodó sus lentes mientras observaba a su amigo.

—Son metáforas. — suspiró. —Las metáforas no dañan a nadie.

—Ojalá tus metáforas nos salvarán de esto. — quitó su chaqueta. —Bien, ¿quién se ofrece primero?

—Debemos entrar todos juntos. — murmuró Bill.

Eddie asintió, se acercó a la puerta de la guardia y se acomodó para comenzar a bajar.

—¡Eds! Santa mierda. — Richie lo siguió imitando sus pasos.

Bill fue el siguiente, los demás bajaron después de él uno por uno hasta hundirse en lo profundo del lugar. El humo los hizo toser ligeramente, se acomodaron como pudieron en el suelo y Eddie buscó la mano del de lentes entre la poca visibilidad que tenía.

Tras unos segundos, el humo ingresó en sus pulmones, se escucharon como algunos tosían y se quejaban en voz baja, después de algunos minutos sintieron como el lugar comenzaba a dar vueltas. No era que el lugar se moviese, pero el humo comenzaba a afectar a tal punto que sus cabezas daban vueltas y sentían su cuerpo debilitarse.

Mike tosió reiteradamente, su cabeza dolía y sintió que se iba hacía atrás, se golpeó un costado de la cabeza y chilló, como pudo se levantó y caminó a la salida entre tambaleos. Sentía que estaba a nada de desfallecer. Salió de la guardia mientras tosía, su nariz ardía y tomó algo de agua que había en una botella.

Ben fue el próximo en seguirle, había comenzado a tener ganas de vomitar mientras sentía sus pulmones rogar por oxígeno limpio. Como pudo se acercó a la salida y casi corrió fuera, se tiró a un lado mientras repetía lo mala idea que había sido hacer eso.

Eddie salió después, sus manos temblaban ligeramente mientras apenas podía respirar. Por un momento sintió como si tuviera un ataque de asma, pero apenas Ben y Mike lo vieron en esa situación, lo socorrieron brindándole agua y tranquilizándolo.

Beverly fue la siguiente en salir, tosió mientras tomaba el agua que le brindaba su esposo, y se sentó mientras sentía aún su alrededor dar vueltas.

—Mierda. — tosió nuevamente Eddie, ya se había tranquilizado pero aún le dolía la garganta.

—¿Bill y Richie? — la pelirroja divisó alrededor observando a sus amigos.

—Siguen adentro. — mencionó Mike.

—Si no salen en unos minutos más, tenemos que entrar a buscarlos. Se pueden intoxicar. — el rubio exclamó preocupado, los demás asintieron y observaron la entrada de la guarida.

El humo se esparcía por todo el pequeño espacio que los rodeaba, la luz cada vez se hacía más vaga y la cabeza de ambos parecía en cualquier lado menos ahí. Richie pudo sentir su cuerpo temblar, Bill por otro lado sintió un calor carcomerlo por todos lados y pronto ambos no vieron más que oscuridad.

Richie despertó en mitad del frío suelo, estaba mojado y se levantó mientras tosía, su garganta ardía y escuchó un quejido a su lado. Bill se acomodó como pudo y gruñó en voz baja. Le dolía el pecho.

—Bill, ¡Mierda! ¡Bill! — el de lentes corrió donde su amigo y lo tomó de los hombros sacudiéndolo ligeramente mientras sonreía. —Vamos, amigo.

—Rich, ¿Dónde estamos?

Ambos observaron alrededor.

—Ni idea, pero definitivamente le falta un cambio de imagen. Algo de decoración no le haría mal.

𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora