27 | El pozo de humo

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Eddie abrió los ojos sobresaltado.

Nuevamente tuvo uno de esos sueños. Ahora pudo ver a la tortuga más cerca de él, casi llamándolo.

Lo único que recuerda era que no podía respirar bien, sentía el humo en sus pulmones extenderse y mientras más cerca veía a aquel animal, más le faltaba el aire.

Se levantó de la cama con cuidado de no despertar a Richie a su lado, fue al baño unos minutos y después volvió para vestirse rápidamente y bajar a tomar aire. La escalera crujió bajo sus pies, una vez llegó a la parte delantera del hotel se acomodó a un lado sentándose sobre los peldaños.

La ciudad estaba tranquila, como normalmente era Derry, aún así no se sentía totalmente cómodo ahí.

—¿Pesadillas?

Eddie giró su vista hacia la voz femenina que provenía a su derecha, asintió mientras hacía una mueca. Beverly se ganó a su lado mientras abrazaba sus piernas.

—¿Sabes que hora es? — la pelirroja divisó su celular unos segundos.

—Las 9:35 a.m. — lo observó. —¿Te encuentras bien?

—Si. — suspiró. —Sólo que aveces siento que me falta el inhalador.

Beverly rió, acomodó su cabeza en el hombro del castaño.

—Es difícil desligarse de viejas costumbres. — sonrió.

Siguieron ahí hablando por algunos minutos más, Beverly le contó a Eddie sobre su boda, su luna de miel y cómo viajaron por varios países conociendo nuevas costumbres y personas. Eddie estaba feliz por su amiga, hablaba como si fuera la persona más enamorada del planeta y eso lo llenaba de cariño. Ella y Ben se merecían totalmente.

Volvieron al hotel cuando escucharon a Mike y Bill dentro, después de unos minutos se les unió Ben quién lucía cansado y se acomodaron en la mesa mientras repartían lo que iban a tomar de desayuno. Eddie divisó la escalera nuevamente, Richie no aparecía así que se levanto de su lugar excusándose que iría por el de lentes. Los demás asintieron y siguieron ordenando la mesa.

—¿No te parecía preocupado? — la pelirroja le habló al ojiazul mientras miraba por dónde se había ido su amigo.

—Es Eddie, siempre está preocupado.

Beverly sonrió mientras asentía, todos estaban en la mesa sirviéndose cuando la pelirroja observó a sus amigos bajar por la escalera mientras el de lentes rodeaba los hombros del menor susurrándole algo al oído. Sonrió al verlos reír, podía notar como ambos parecían aún más cercanos que antes.

—Perdonen la demorará, las sábanas no me dejaban salir. — el de lentes se acomodó en la mesa y a su lado el castaño quién lo empujó suavemente.

—Eres un flojo, admítelo. — Richie pellizco las mejillas del menor haciéndolo sonreír.

—Me conocer muy bien, Eds.

Tomaron desayuno mientras conversaban de cosas triviales, las risas no faltaron y menos aún con Richie soltando cada vez que podía un chiste demasiado gracioso para el grupo.

Después de ello, se prepararon para ir a la biblioteca. Habían acordado que ese sería el primer lugar donde irían a buscar información sobre aquel ritual que el castaño había visto en sus sueños. Seguramente el libro que necesitaban estaría por ahí.

—Aún poseo las llaves. — Mike se las enseñó. —Una vez que me fui de aquí bote todos los informes que tenía, los libros los dejé en bodega. No recuerdo haber tenido uno como el que describiste, revisé todo el arsenal de libros que me pudieran ayudar en esos años de investigación. Aún así no creo que haya otro lugar aparte de aquí para investigar. — suspiró.

𝐋𝐎𝐒(𝐕)𝐄 | REDDIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora