Capítulo 30: adiós miedos.
Nuestra relación desde un principio solo se había basado en papeleos y acuerdos. Aunque yo desde el primer punto había sentido atracción por Tom, sin saber la razón y con el tiempo y en ocasiones su forma de ser era demasiado atenta, lindo y sobre todo me daba mi espacio si así lo necesitaba. Pero también tenía sus cambios de humor; sobre todo sentí mi corazón romperse cuando los rumores de que me era infiel llegaron a mis oídos.
Se suponía que eso no debería afectarme, pero al ojo público me tenían lástima y compasión, no me gustaba sentirme de esa forma; yo había sido un tonto por haber involucrado sentimientos sin haberlo consultado con él pero son temas que no se consultan, si no que se desarrollan incluso si no lo esperamos.
Teníamos una semana de habernos casado y aún era nuestra luna de miel, eran unas vacaciones demasiado largas. Muchos destinos turísticos los cuales visite con Tom, por que sabíamos que en un futuro se nos complicaría y más ahora que me había involucrado mucho más en la compañía.
Fue una semana donde no hubo nada más que solo caricias y es que cuando el profundizaba los besos o sus manos cosquilleaban por las partes más íntimas de mi cuerpo le detenía, no me sentía cómodo. Algo en mi no me permitía disfrutar de eso; Los pensamientos de un anterior Tom riéndose de mi y diciendo que no era lo suficiente atractivo para él, siempre venían a mí con demasiada fuerza, logrando que mi desconfianza pusiera excusas para salir de la habitación.
Ya eran bastantes problemas estomacales que Tom había insistido en que era mejor recurrir a un médico antes de seguir con los viajes y todo lo demás.
Ya una vez en la sala del consultorio estaba preocupado en que decir o como hacer para que no se dieran cuenta de si tenía algo o no.
Una vez dentro y con la revisión de la doctora, me recomendó tomar mucha agua y unas pastillas para los dolores de estómago.
-Esperemos que con ese medicamento te encuentres mejor -. Me dijo Tom al entrar a la habitación con un vaso de agua.
-¡Esperemos!... - tome la pastilla y después solté un suspiro pidiendo a todos los dioses que no me afectara tomar medicamentos sin necesidad.
...
Quería hablar con Tom; era la segunda vez que lo rechazaba me encontraba encerrado en el baño fingiendo de nuevo dolor, el estaba en la cama con las manos sobre su rostro respirando hondo -y de sobra sabía que pensaba, o al menos lo estaba sospechando- Me arme de valor, salí de la habitación y fui a sentarme a su lado en la cama.
Bajo su brazo y me miró alzando una ceja, no le devolví la mirada en cambio observaba mis manos y solté un suspiro.
-¡Lo siento! Yo... - me miro expectante, tuve que respirar hondo de nuevo - he estado fingiendo dolores de estomago todo este tiempo y suena absurdo e infantil pero hay una razón.
Por unos minutos me quedé callando aún tratando de encontrar las palabras adecuadas, no quería arruinarlo.
-La primera vez que nos casamos todo había sido inusual para mí, confiaba en que en algún punto el amor que sentía por ti, tú lo sentirías por mi. Pero nada cambio a mi pensar eras más distante, las excusas eran el trabajo, las juntas, los papeles... No me opuse yo sabía que era bueno para la empresa tanto tuya como de mi familia, pero después la gente me miraba con pena, murmuraban y yo aunque hacía oídos sordos, lo sabía y tristemente lo veía venir.
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Matrimonio Arreglado/ Toll
RomansaSiempre hay problemas al casarte con un perfecto desconocido, no sabes si esto ira bien o terminaras encontrando al amor de tu vida.