04.Julio, 2019.
Jungkook jugaba constantemente con el cable de sus audífonos. En ese momento eran su posesión más preciada, aquello que le mantenía totalmente ajeno a la conversación empalagosa de su madre y su idiota en el auto.
El parloteo incesante le irritaba; nunca fue particularmente conversador, o genuino para entablar una charla con ellos. Se sentía hostigado por ser el foco de atención, como si ambos intentaran acercarse a él por la fuerza por lo que prefería mantenerse distante.
Y no, Jungkook no tenía intenciones de hablar con ninguno de los dos. Así que la música en sus audífonos era lo único que lo separaba de una conversación completamente incómoda.
O al menos así fue hasta que tiró con demasiada fuerza del delgado cable cuando el auto pasó por un bache, destruyendo así el último tesoro que poseía.
Se quitó ambos auriculares molesto y se cruzó de brazos mientras veía por la ventana. El camión de la mudanza les seguía el paso y él simplemente esperaba que los próximos meses hasta su cumpleaños pasaran veloces.
-Lo único que recuerdo completamente es que tenías una camisa roja, y que te golpeaste la cabeza.
-¿Cómo es que recuerdas el color de mi camisa y no mi declaración? Eres demasiado cruel. -Seokjin sonrió para ella.
-Lo recuerdo porque derramaste media lata de refresco sobre ti. Y porque después de que me diste tu chaqueta, esa fue la única imagen mental que tuve.
Jungkook se mordió la lengua. Estaba comenzando a hartarse de tanta demostración de afecto, quizás porque estaba celoso, o quizá solo porque era demasiado antipático.
-Sabes, te eché mucho de menos, Sunhee -dijo sincero sin apartar la mirada del camino, su voz se tornó seria-. Por mucho tiempo regresé a ese mirador pensando en que las cosas hubiesen sido distintas si yo hubiese llegado a tiempo.
-Seokjin -llevó una mano a su hombro-, se supone que este debe ser un momento feliz, en donde yo me burlo de ti por besarme y llenarte la ropa de refresco barato. El pasado está atrás, déjalo ir.
-Lo arruiné, ¿Cierto? Entonces y ahora también. -Ladeó la cabeza.
-Sí, pero de una forma muy encantadora.
-Eso me hace sentir un poco mejor.
-Fue un gran momento para mí. El cielo de esa noche era verdaderamente hermoso.
-No lo recuerdo, no estaba prestando atención al cielo.
-¿Ah, no?
-No. Estaba viéndote a ti.
Su madre reía. Era el único sonido que le interesaba, el único en que intentaba concentrar su mente al ver por la ventana.
Sus palabras eran dulces; se veían completamente perdidos en el otro. Y Jungkook solo podía presionar su estómago con ambos brazos, como intentando envolverse a sí mismo, sin entender a su totalidad qué era lo que le hacía sentirse así de desplazado.
Seokjin notó su expresión, fijándose a través del retrovisor en el chico sin audífonos que había estado escuchando su conversación y cuya cara larga era probablemente su culpa.
Aclaró su garganta, y dándole una mirada rápida a su esposa cambió de tema para intentar incluir al chico en la conversación.
-Escuché que los festivales de música en la ciudad son espectaculares. No creerás la cantidad de artistas que se han presentado aquí. Es algo de otro mundo.
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LA TEORÍA DE KIM.《version one》
Hayran KurguPrimer borrador disponible por valor sentimental. Gratuito. Versión fanfic. Portada Fanmade La noche en la que Kim Taehyung se acercó a ese laboratorio coincidió con el día en el que Jeon Jungkook desapareció en las profundidades del lago que lo rod...