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Jungkook había caminado a pasos lentos para llegar lo más tarde posible a su casa, no quería tener que estar soportando a su padre. Quería llevar la fiesta en paz pero con él no se podía

Al entrar a su casa se encontró con quien tanto quería evitar, solo cerró la puerta y caminó sin volver a verlo

—Si quieres seguir aquí deja de llegar a estas horas, aquí no es motel

Habló el hombre tras Jungkook, él solo respiró profundo y siguió con su camino. No quería discutir, no hoy

Se lanzó sobre su cama viendo hacia el techo, tenía su cabeza hecha un lío. Por varios años ignoró sus problemas intentando vivir como si nada pero ahora era como si volvía al pasado, un pasado que solo le causaba dolor

—Kookie —llamó la mujer que tanto amaba. Ella se quedó en la entrada de su habitación observándolo con una gran sonrisa.

Él solo se podía sentir culpable por no poder ser sincero con su madre, sentía que le estaba fallando y le dolía sentirse así

—Jungkook— volvió a llamar al verlo perdido en la nada. El chico sacudió su cabeza dejando aún lado los horribles recuerdos que lo atormentaban y se concentró en su madre.

—¿Que pasa mamá?

—¿Puedo saber que fuiste a hacer? —cuestionó temerosa, no quería que su hijo se sintiera sofocado aquí, ella más que nadie estaba feliz de tenerlo nuevamente con ella.

—Fui a ver a alguien que te presentaré después—sonrío poniéndose de pie para acercarse a su madre—Ve a descansar, no te preocupes por mi

—Esta bien, descansa— besó la frente de su hijo y le dio una cálida sonrisa para luego irse de ahi.

Jungkook cerró la puerta y se volvió a lanzar sobre la cama, estaba preocupado y había una sola persona que podía calmarlo. Park Jimin

Tomó su celular y después de varios tonos el chico al fin respondió la llamada.

—Hola Jungkookie— saludó muy feliz. El mencionado solo se quedó imaginando al chico y su hermosa sonrisa— Hey, ¿estas ahí?—volvió a preguntar sacando a Jungkook de sus pensamientos.

—Si, estoy bien Minie. Solo que te extrañaba—confesó sonriendo como un niño pequeño. Enserio le sorprendía el gran poder que tenía Jimin sobre él.

—También te extraño mucho, tendré que abrazar una almohada porque tú no estás— Jungkook podía imaginarse a Jimin haciendo un tierno puchero, siempre lo hacia cuando decía que estaba triste. Jungkook amaba eso.

—Quisiera ir ahora mismo, abrazarte hasta que te quedes dormido y llenar de besos tu carita hermosa —sonrió sintiéndose un cursi de lo peor pero eso era lo que Jimin causaba en él.

—Basta o voy a querer que nos regresemos a Seul mañana mismo—río el chico haciendo que Jungkook volviera a perderse en sus pensamientos.

¿Regresar a Seúl? Si, eso era lo mejor. Así evitaba todos sus problemas con sus padres pero no, no era lo correcto. Él tenía que afrontarlos, no podía seguir fingiendo que nada pasaba, ya lo había hecho durante los últimos años y no había resultado bien, al contrario cada día se sentía peor

—¿Te dormiste?— escuchó la suave voz de Jimin haciendo que volviera a sus sentidos.

—No, aquí sigo. ¿Tienes mucho sueño?—preguntó viendo la hora en el reloj junto a su cama, era muy noche y Jimin siempre acostumbraba dormir más temprano.

—Un poco —dijo soltando un bostezo que lo delató. Jungkook solo río.

—Ve a dormir, nos vemos mañana. Descansa ¿ok?

—Ok, eso haré. Tú también descansa Kookie, nos vemos mañana

—Adiós

La llamada finalizó y Jungkook volvió a tumbarse en su cama, estaba feliz de haber hablado con Jimin, él era su mayor felicidad y saber que estaba con él era lo más importante

Incluso sabiendo que Jimin estaba con él temía que algo malo pasara y los separaran. No quería estar lejos de Jimin y no estaba dispuesto a permitirlo.

                                         ~*~

La mañana estaba empezando y Jungkook ya se encontraba despierto, planeaba pasar todo el día fuera de casa para evitar ver a su padre pero aún no sabía si Jimin iba a aceptar

Pasaron varios minutos donde habló con Jimin y lo invitó a pasar el día juntos y para su suerte el chico aceptó. Habían quedado en verse en cinco minutos en el mismo parque que estuvieron la noche anterior.

Cuando Jungkook bajó las escaleras para salir pero antes de hacerlo se despidió de su madre para que no se preocupara por él y luego se fue en busca del chico a quien tanto ansiaba ver

En el camino al lugar se encontró con mucha gente conocida de cuando vivía ahí, no le agradaban mucho ya que antes no era muy sociable pero respondía a sus saludos por educación

Llegó rápidamente al lugar donde ya se encontraba Jimin esperándolo, venía vestido completamente de negro. Jungkook amaba como se veía el más bajo así, el negro era el color superior de él. Lo hacia ver como un chico malo cuando la verdad era todo lo contrario y él más que nadie lo sabía

—¿Esperaste mucho?— preguntó Jungkook abrazando al más bajo por la espalda. Jimin se sorprendió pero sonrió ampliamente al ver que se trataba de su novio.

—Acabo de llegar y... — Jimin hizo una pausa observando detenidamente la cara de Jungkook—¿Estas bien? Tienes ojeras y te ves un poco más pálido—el chico se notaba preocupado mientras Jungkook solo sonrió abrazandolo con todas sus fuerzas.

—Estoy bien ahora que estoy contigo—habló sin soltarlo de su abrazo. Jimin rodeo la espalda del pelinegro y acomodó su cabeza en su pecho sintiéndolo lo cálido de este.

—Cuidate ¿si? No quiero que te enfermes, me preocupa que estés así

—Tranquilo, estoy bien— Jungkook besó el cabello del más bajo para luego entrelazar su mano con la de Jimin—¿Vamos?

—Contigo a donde sea —sonrío haciendo que el pelinegro imitara su acto.

Dicen que todo es mucho mejor cuando estas con la persona indicada y eso lo confirmaba Jungkook. Su mundo podía estarse derrumbando pero cuando estaba con Jimin todo cobraba sentido, el pequeño Park Jimin era la luz de su vida y el único que podía hacer que su día fuera el mejor.

Park Jimin con solo sonreír llenaba su vida de luz, con solo tomar su mano sentía que podía contra todo y su voz calmaba todo su tormento

Eso era Jimin para él, era su luz

𝙍𝙤𝙤𝙢𝙢𝙖𝙩𝙚❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora