Jimin había llegado a su casa hace varias hora y seguía sin saber nada de Jungkook. Ya estaba demasiado preocupado por él, no era normal que haya desaparecido así por así.
El chico no estaba dispuesto a seguir esperando, no podía hacerlo. Decidió ir en busca de Jungkook al lugar donde talvez alguien podía decirle si al menos estaba bien. La casa de los Jeon
Tomó su chamarra y salió de su casa después de avisarle a su mamá, agradecía a verle preguntando a Jungkook su dirección así podía llegar más fácil
(...)
Después de unos minutos un taxi lo dejó frente a la casa de los Jeon, era una casa muy bonita y se veía que era una familia adinerada.
El chico respiró profundo tratando de controlar sus nervios, jamás había visto a los padres de Jungkook y tenía mucho miedo solo esperaba encontrar al chico ahí y poder estar tranquilo
Caminó hasta la puerta y tocó el timbre sintiendo como una corriente recorria todo su cuerpo, estaba nervioso, sus manos sudaban y su corazón latía a una velocidad descontrolada
Cálmate Jimin
Intentaba calmarse así mismo mientras esperaba de pie frente a la gran puerta. Después de varios minutos la puerta empezó a abrirse dejando ver a un hombre mayor, tenía mucho parecido a Jungkook así que supuso que era su padre
—Buenas noches —habló haciendo una reverencia—Disculpe, ¿esta Jungkook?
—¿Tú quien eres?— cuestionó en tono grosero haciendo que el miedo de Jimin aumentara aún más.
—Soy...— el gran dilema de Jimin comenzó ahí, no sabía si decir la verdad o mentir sobre su relación con Jungkook—Hmm soy...
—No me digas que eres su amigo porque ese inútil jamás a tenido un amigo —soltó haciendo que Jimin alzara su vista viéndolo indignado. No era muy agradable la forma con la que hablaba sobre su hijo.
—Yo...—Jimin intentó articular palabra pero no podía, el señor lo intimidaba—Yo, soy su novio—dijo armándose de valentía, si algo le había enseñado su padre era que jamás debía negar lo que era, debía sentirse orgulloso de lo que él mismo y no debía dejarse hacer sentir mal por nadie.
—¿Su qué?— preguntó empuñando sus manos mientras contenía su respiración. Estaba enojado y eso se le notaba a kilómetros—No puede ser— golpeó la puerta con fuerza haciendo que Jimin diera un pequeño brinco del susto. Estaba luchando con todas sus fuerzas para no salir corriendo de ahí.
—Solo quiero saber si...
—¿Que?— interrumpió alzando su voz—¿Si que? ¿Si está? ¿Si puedes verlo? ¡Dime!— gritó empujando el hombro de Jimin con su mano.
—¿Que está pasando aquí?— la mamá de Jungkook apareció. Jimin solo estaba viendo hacia el suelo, no sabía que decir estaba en shock y solo tenía ganas de llorar e irse corriendo de ahí. Era lo peor que le había pasado.
—Nada, que tú hijo perdió la cabeza. Estoy hartó de él y sus estupideces, muy tú problema si quieres un hijo maricon, yo no lo quiero ¡¿me escuchaste?!—gritó volviendo a golpear la puerta para luego entrar a la casa hecho una furia.
—Perdón, yo solo...— La voz de Jimin se quebró, en cualquier momento sus lagrimas iban a salir pero no podía hacerlo ahí.
—No, tranquilo. Perdóname tú por el comportamiento de mi esposo es un poco complicado —se disculpó la mujer tomando a Jimin de los hombros—Jungkookie no está, envió un mensaje para decirme que estaba con una vieja amiga y que llegaría muy tarde.
—¿Amiga?— Jimin alzó su vista confundido.
—Si, fue la única amiga que tuvo aquí. Era un niño poco sociable y ella fue la única que tenía una amistad con él, aunque siempre pensé que era mucho mayor para ser su amiga—explicó inocentemente sin saber quien era realmente esa mujer. Cosa que Jimin si entendió perfectamente, sabía esa historia.
El chico solo respiró profundo y contuvo todo lo que en estos momentos tenía dentro.
—Ya entiendo, gracias y adiós —hizo una pequeña reverencia y se giró para irse de ahí.
En cuanto empezó a alejarse de esa casa cerró sus ojos con fuerzas dejando que sus lágrimas mojaran sus mejillas que se encontraban rojas por el frío
Jimin se sentó en una pequeña banca bajo la luz de luna que alumbraba todo el lugar. Seguía llorando, se sentía demasiado mal, jamás pensó que Jungkook fuera capaz de hacerle algo así. Ahora entendía todo, desapareció con ella sin decirle nada mientras él se moría de la preocupación, se sentía tan tonto
No podía explicar las miles de cosas que sentía en estos momentos, solo quería llorar y llorar hasta que todo dentro de él se vaciara. Sabía que no podía llegar a su casa en ese estado así que fue donde la única persona que en este momento podía escucharlo
(...)
El timbre de aquella casa que muchas veces lo hospedó mientras se hacían compañía, esa casa que hace mucho no visitaba
Al abrir la puerta Yoongi vio a Jimin frente a él hecho un mar de lágrimas, tenía sus mejillas hinchadas y los ojos rojos de tanto llorar. No preguntó, no le dijo nada solo lo abrazó mientras acariciaba su cabello
—Él me mintió— dijo entre sollozos mientras tomaba con fuerza la delgada tela de la camisa de Yoongi.
—Tranquilo, todo estará bien— el rubio siguió acariciado el cabello del más bajo mientras Jimin lloraba en su hombro.
Yoongi quería hacerse el fuerte con él pero le dolía ver a su pequeño Jimin sufriendo tanto por ese imbecil.
—Vamos Jimin, entremos te enfermarás aquí afuera— habló Yoongi separándose de él. Jimin se adentró a la casa y el rubio cerró la puerta a su espalda.
Ambos fueron hasta la sala, se sentaron en sofá sin decir nada. Jimin se quedó viendo hacia un punto fijo mientras sus lágrimas seguían saliendo silenciosamente, Yoongi lo notó y con su pulgar limpio sus mejillas
—Te dije que no dejaras que nadie borrara tu sonrisa, me fallaste
—A mi igual me fallaron y me duele mucho— cerró sus ojos dejando que sus lágrimas volvieran a salir.
—Estoy aquí, llora si eso es lo que quieres. Estaré aquí siempre y lo sabes— tomó la cabeza de Jimin y la apoyó en su hombro—Llora Minie, llora si eso te hace bien
No era necesario que se lo dijera Jimin era lo único que quería hacer, llorar. Había entregado todo y le acababan de romper el corazón, sabía que algo así podía llegar a pasar algún día pero nunca imaginó que le doliera tanto