Jimin no quería separarse de Jungkook, sentía que la felicidad no le cabía en el pecho, lo amaba y está vez no iba a dejar que se alejara de él.
—No te vuelvas a ir, por favor —pidió el castaño haciendo más fuerte el abrazo. Jungkook solo sonrió y besó su frente.
—Jamás me iría de tu vida, aún así me lo pidas.
Jimin alzó su vista para encontrarse con la sonrisa más hermosa para él, esa sonrisa que le trasmitia tanto amor.
—Perdón —dijo ocultando su rostro en el pecho del más alto.
—Perdóname tú— Jungkook tomó al castaño de los hombros para alejarlo un poco de su cuerpo y verlo a los ojos. Queria que viera en sus ojos la verdad de todo—Me comporté como un imbécil contigo, lo que menos quería era hacer sufrir—dijo acariciando la mejillas rojas de Jimin.
—Yo también te debo una disculpa, debí escucharte cuando intentaste explicarme todo. Enserio lo siento mucho— bajó su cabeza apenado. Se sentía mal por haberse dejado llevar por el enojo.
—Eso quedó en el año pasado ¿no?— sonrió tomando el rostro de Jimin en sus manos— Es un nuevo año y quiero empezarlo de la mejor manera y con la persona que más amo
—Te amo mucho
Jungkook sonrió al escuchar esas palabras por parte del chico, extrañaba escucharlo decir cuánto lo amaba, lo extrañaba como loco.
—¿Puedo besarte?— pidió el más alto viendo directamente a sus ojos.
—Lo necesito más que nunca.
Solo eso bastó para que Jungkook juntara sus labios con los del castaño, había extrañado tanto el sabor de sus labios.
Mientras se besaban Jungkook sintió el sabor de las lágrimas de Jimin, él estaba llorando y él corazón le dolía al saberlo. Tomó la cintura del chico con más fuerza pegándolo mas a su cuerpo, quería dejarlo claro que lo amaba y que era lo más importante en su vida.
Después de varios minutos así ambos se separaron para respirar con pesadez, Jimin sollozo y abrazó con fuerza al pelinegro, le parecía un sueño tenerlo entre sus brazos de nuevo.
Por mucho que trató de olvidarlo no pudo, Jungkook era su mayor felicidad, era su catalizador y su mejor compañía. No podía solo sacarlo de su corazón de la noche a la mañana.
—Te amo— dijo Jungkook besando su frente.
—Te amo muchísimo más.
—¿No me sueltes?— pidió Jimin en un hilo de voz.
—Tengo que explicarte que fue lo que pasó
—Taehyung me contó todo
—Quiero que lo escuches de mi—dijo alejándose para verlo a los ojos.
—Esta bien.
(...)
Después de varios minutos hablando, Jungkook le explicó a Jimin que solo quería averiguar todo muy bien y sacar a su madre de esa relación tan dañina que vivía con su padre, durante años ignoró todo eso pensando que su papá ya no seguía viendo a esa mujer pero no fue así, ellos seguían juntos. También le explicó que se desapareció porque su mamá estaba demasiado mal y no quería seguir en Busan, se sentía culpable por ver a su madre mal así que se quedó con ella.
Jimin entendió a Jungkook, entendió que su pasado era parte de él y que tenía que afrontarlo, habían pasado por un mal momento pero ahora todo se habia resuelto y estaban juntos.
—¿Me perdonas?— preguntó Jungkook mientras abrazaba a Jimin por la espalda y veían hacia el cielo estrellado.
—Claro que si —respondió Jimin girandose a ver al chico junto a él.
—Te amo—dijo dejando cortos besos en toda la cara del más bajo quien solo río.
Estaba feliz, muy feliz.
—Tengo que regresar a casa, todos deben estar esperándome —anuncio Jimin.
—Esta bien, ve con cuidado
—¿No quieres ir?— preguntó temeroso.
—¿Estas seguro? Todos deben odiarme ahora
—No se que hiciste pero mi mamá te defendió, Taehyung también y mi papá solo dijo que quiere hablar contigo algún día y que va a golpearte—río al recordar a su madre fingiendo que practicaba boxeo diciendo que cuando Jungkook apareciera iba a darle una paliza.
—Bueno, creo que me merezco una paliza —río tomando la mano del chico.
—Él es un buen tipo, no lo hará—habló Jimin mientras caminaban rumbo a su casa tomados de la mano.
—Eso espero —río.
Ambos chicos caminaron hasta la casa de Jimin, él estaba más que feliz por estar con Jungkook, mientras el pelinegro estaba nervioso por ir a la casa del castaño, tenía miedo a que su familia lo rechazara, no quería alejarse más del chico.
Al llegar Jungkook se quedó estático en la entrada, Jimin lo notó y besó sus labios con suavidad.
—No tengas miedo, ellos no te odian —dijo tratando de eliminar cualquier rastro de miedo ennel pelinegro.
—Esta bien, vamos
Jimin abrió la puerta y ambos se adentraron a la casa, al escuchar que alguien llegaba su madre fue hasta la entrada y la gran sonrisa que tenía fue gracias a la pareja frente a ella.
—Jungkook— dijo abrazando al mencionado quien lan recibió más que feliz. Días antes había tenido la dicha de conocer a la señora Park y ella se había portado muy bien con él.
—Me da gusto volver a verla
—A mi más, estaba pensando en ir a buscarte porque mi hijo te extrañaba —río viendo con divorcio a Jimin quien solo sonrió avergonzado.
—¡Oh!—el señor Park apareció en la puerta con un vaso de lo que Jungkook estaba seguro era alcohol— Así que tú eres Jungkook ¿eh?— si, efectivamente el señor Park estaba ebrio.
—Si señor, soy yo— Jungkook hizo una reverencia. Estaba nervioso.
—Voy a...— él cortó sus palabras al fijar su vista en Jimin. El chico tenía una sonrisa que tranquilizaba el corazón de su padre, sabía que el chico frente a él era su felicidad y si su hijo era feliz él estaba bien con eso— Voy a invitarte a un trago porque mi yerno tiene que brindar conmigo.
—Oh si, lo que usted quiera señor— Jimin no dejaba de sonreír al ver lo nervioso que se portaba Jungkook frente a su padre.
—Bueno, pasen que todos están celebrando—dijo su madre haciéndose aún lado para que la pareja pasara a la sala donde todos estaban bailando y brindando.