Capítulo 5: Poco a poco

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Sakura caminaba por la calle llevando a Ayame y Suzume agarradas a cada mano. Las pequeñas se habían encariñado mucho con ella también, por lo que la acompañaban al mercado cada que tenían la ocasión. De pronto, la joven se detuvo en seco al percibir que alguien la miraba con cierta insistencia.

- Ayame-chan, Suzume-chan, adelántense un momento- indicó a las infantes.

- ¡Sí, one-chan!- exclamaron con entusiasmo infantil las tiernas niñas, para luego echar a correr calle abajo.

- Si no confías en mí, podrías preguntarme directamente en lugar de espiarme.

Sanosuke surgió tras el pilar de un pequeño puesto de frutas, observando la espalda de la muchacha, quien permanecía muy serena, aunque en el fondo se sentía algo ofendida.

- Debo ser sincero contigo, princesa- replicó el luchador de cabello castaño con espontaneidad- Tú eres una chica que esconde muchos secretos- frunció el ceño- No sabemos quién eres realmente o de dónde vienes.

- No puedo recriminarlos por desconfiar de mí, pero deberías juzgarme por mis acciones y no por los secretos que oculto. Te aseguro que no les deseo ningún mal ni a Kenshin, ni a ninguno de ustedes; todo lo contrario- aseveró Sakura con toda tranquilidad, volteando a verlo- Agradezco tu franqueza.

- Espero que digas la verdad, princesa, porque me caes bien- expresó Sanosuke con una expresión más relajada.

"Pero...,admitiste que tienes secretos. Esto podría ser algo complicado", pensó a su vez.

- Bueno, Sanosuke-san, debo seguir mi camino- se despidió Sakura con una sonrisa amable, prosiguiendo con lo que estaba haciendo antes.

No tardó mucho en terminar sus compras y llevar a las niñas con su abuelo. Luego, volvió a la estancia que compartía con su hermano.

- Hola, princesita.

La voz de ese hombre la hizo pegar un brinco. Allí estaba, tan escalofriante como siempre, enfundado en esa túnica negra y con esa máscara con figura de calavera blanca que ocultaba su rostro. A Sakura jamás le había dado buena espina ese hombre.

- ¿Qué haces aquí, Gein?

- Solo vine a traerle unos informes a tu hermano.

- ¿Dónde está él?

- Déjanos solos, Gein.

La voz de Enishi sobresaltó tanto a Sakura como a Gein, quien le hizo una reverencia y se retiró del lugar.

- Gein me informó que has estado entrenando en un dojo de kendo- Enishi fue directo al grano.

Sakura maldijo interiormente al chismoso de Gein mientras intentaba dominar sus nervios. ¿Qué podría decir?

- Solo quiero ser más fuerte e independiente.

- Eso no es necesario, me tienes a mí para protegerte.

- No me gusta depender de alguien, ni siquiera de ti.

- ¿Qué podrías hacer?

Ese tono despectivo molestó sobremanera a Sakura.

- ¿Dudas de mi fuerza?

Con un rápido movimiento, la joven agarró a su hermano por el brazo y lo hizo girar sobre sí mismo, tirándolo al suelo limpiamente.

- Oh...

- ¿Algo que decir al respecto?

Sakura esbozó una sonrisa de autosuficiencia al ver la cara de impresión de su gemelo, quien le devolvió una sonrisa con algo de admiración al cabo de unos segundos.

Antes del amanecer...el aroma de los cerezos [Rurouni Kenshin Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora