Capítulo 9: La mujer que olía a ciruelo blanco

137 8 0
                                    

Esa mañana, Sakura había decidido salir a hacer las compras con Yahiko y Misao, pero estaba demasiado preocupada. Sabía que su hermano ya debía haber llegado a Kyoto y temblaba por dentro ante la posibilidad de que se enfrentara a Kenshin. Amaba demasiado a aquel pelirrojo y sabía que ninguno saldría ileso en caso de una pelea.

- ¡Hey! ¡Llamando a las nubes desde la Tierra!- exclamó Misao con su enérgica actitud, tal vez por cuarta ocasión- Sakura-san, ¡Sakura-saaaaan!

- ¿Eh? Lo siento, Misao-san. Estaba distraída- dijo Sakura al notarlo por fin, con una sonrisa nerviosa aflorando en sus sonrosados labios.

- Si estás preocupada por lo de tu hermano, ya déjalo. No sé cómo, pero si hay alguien capaz de hacerlo entrar en razón, ese es Kenshin- intervino Yahiko en un tono despreocupado común en él.

- Que Kami te escuche, Yahiko-kun.

Se detuvieron frente a los puestos con diversas mercancías que conformaban la zona comercial de la ciudad. Misao y Yahiko compraron víveres y se entretuvieron tanto en pequeñas discusiones, que no notaron cuando Sakura compró el último ramo de flores de ciruelo blanco que quedaba y se marchó en dirección al cementerio. Una vez allí, se arrodilló ante la lápida de su hermana, retiró las flores marchitas que la cubrían y depositó la nueva ofrenda floral sobre ella. Alguien que conociera bien a la joven de hermosa cabellera castaña se sentiría absolutamente confundido al ver el creciente enojo y la decepción que se leían en sus brillantes ojos mientras contemplaba la tumba.

- ¿Por qué, Tomoe-nee-san?- susurró Sakura como si en realidad estuviera ante la mujer que olía a ciruelo blanco- ¿¡Por qué nos abandonaste!?- gritó repentinamente, rompiendo por completo la total calma que reinaba en ese lugar.

La figura de la hermosa dama de cabello negro se materializó ante ella en cuestión de segundos; aunque antes a Sakura esto le había causado terror, al menos al principio, ahora encaró a la aparición con el mismo enojo que había manifestado minutos atrás. Tomoe la observó con melancolía y el dejo de tristeza que siempre solía traslucir su mirada.

"Sakura, lo siento. Pero ahora sabes que hubo una buena razón para eso...", se empezó a explicar la joven de ojos negros, pero su hermana menor la interrumpió con brusquedad y rabia en su voz.

- ¿¡Razón!? ¡Tú solo querías morir para reunirte con Akira-san! ¡No te importó lo que sucediera con nosotros, así que no te atrevas a usar a Kenshin como excusa! Por mí no interesa, pero... Enishi...él... ¡Casi enloquece con todo esto!

Una lágrima recorrió la mejilla pálida de Tomoe hasta resbalar de su mentón hacia el suelo, donde se convirtió en un copo de nieve. Pese a que su rostro mostraba su impasibilidad habitual, la voz temblorosa por la ira de Sakura la había herido.

"Lo siento. Tienes razón. Fui muy egoísta. Puedes odiarme si quieres", admitió, con lo que la rabia de Sakura se esfumó por completo; al parecer, solo en ese momento se percató de lo hirientes que habían sido sus palabras.

- No, yo lo siento, Tomoe-nee-san- murmuró despacio, con dulzura- No soy quién para juzgarte. Además, debo agradecerte por salvar la vida de Kenshin...

"¿Lo amas?", cuestionó abruptamente el fantasma.

- Más de lo que pensé que podría llegar a amar a alguien- respondió en voz baja la joven, con las mejillas completamente rojas; a su hermana pareció agradarle esta respuesta, pues le regaló una pequeña, pero dulce sonrisa.

Antes del amanecer...el aroma de los cerezos [Rurouni Kenshin Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora