Kenshin entró en la habitación donde Kaoru se encontraba arreglando unas ropas. Al escuchar el sonido de la puerta descorriéndose, la kendoka volteó y, al ver que se trataba de él, le regaló una sonrisa dulce. El pelirrojo tenía un semblante bastante grave que denotaba la seriedad del tema del cual había ido a hablar con ella.
- Kaoru-dono, debo tener una conversación muy importante con usted- comenzó diciendo- Creo que, después de haber acogido con tanto cariño a un vagabundo con un pasado tan miserable como el mío en su propio hogar, usted merece una explicación que hasta ahora no he sido capaz de ofrecerle.
- ¿Qué ocurre, Kenshin?- preguntó Kaoru intrigada, la sonrisa se evaporó de sus labios- Esa cara tan seria...
- Ante todo, quiero que le quede claro que yo tuve sentimientos muy fuertes hacia usted, tal como usted siempre los tuvo por mí- dijo Kenshin con toda la suavidad posible, tras largar un profundo suspiro- Sin embargo, yo me enamoré de Sakura.
- Kenshin...
- Lamento si la lastimo. Es lo último que querría hacer; pero creo que la heriré mucho más si no soy sincero y claro con usted ahora. Yo me enamoré profundamente de Sakura. Ella fue para mí como la cálida primavera tras un crudo invierno. Siendo alguien que representa un trozo de mi pasado, me ha ayudado a sentirme redimido; incluso, a su lado siento que no tengo pasado, solo un futuro por vivir con ella.
Kaoru dejó caer su cabeza sobre su pecho con una expresión triste, sus ojos brillantes de lágrimas que pugnaban por salir a recorrer sus mejillas.
- No digas más. Siempre lo supe, Kenshin, y créeme que duele, porque yo te amo; pero tienes razón: el dolor más leve es el que se inflinge rápido y es mejor ahora que después. Agradezco tu honestidad y que me hayas abierto tu corazón como a la amiga que siempre espero ser para ti.
- Qué bueno que lo asuma con tanta madurez, Kaoru-dono- alabó Kenshin con una sonrisa amable.
- No hay de otra. Tú mereces ser feliz, Kenshin- replicó Kaoru, secándose el par de lágrimas que se le habían escapado- Además, mañana es el gran día.
Kenshin se puso serio y apretó los puños.
- Sí. Mañana es el día en que dará inicio el Jinchuu de Enishi.
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Después de la insípida pero significativa pelea de Yahiko contra Otowa, el cual acabó por ser amilanado por la sola presencia de Kenshin, Kaoru sostuvo una lucha casi de inteligencia contra Gein y Sanosuke una de puños contra Inui, terminando en ambos casos con la derrota del respectivo integrante del Jinchuu. En cuanto a Kenshin, este optó por formar pareja con Sakura durante su combate, pese a estar en contra de la participación de la joven en la pelea.
- No podré concentrarme en la batalla si estoy preocupado por la posibilidad de que salgas herida- había sido su argumento.
- No me trates como a una inútil- refunfuñó Sakura muy molesta- Si me caigo, me levanto; si soy herida, ya Megumi-san me curará. Déjame luchar a tu lado.
Al ver su determinación, Kenshin no insistió, pues lo último que deseaba era que ella se sintiera como un estorbo para él.
- Será un honor- dijo finalmente.
Fue una suerte que el pelirrojo accediera a pelear en equipo, pues, mientras él se ocupaba de Hei-shin y sus cuatro gigantescos guardaespaldas, un enorme tipo de piel morena armado con garras metálicas salió de entre las sombras con el objetivo de atacarlo por la espalda; mas Sakura lo impidió, usando la destreza y los trucos del kendo que había aprendido con Kaoru y con la ayuda de un simple shinai, que bastó para ponerlo fuera de combate. Luego, Misao se incorporó a la lucha y apoyó a Kenshin para que despachase rápido a Hei-shin y sus hombres.
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Antes del amanecer...el aroma de los cerezos [Rurouni Kenshin Fanfic]
FanfictionObsesionado y consumido por su sed de venganza, Enishi Yukishiro ha regresado a Tokyo para poner en marcha su plan contra ese hombre al que odia tanto; sin embargo, hay alguien que tratará de detener esa locura: su hermana gemela. Sakura Yukishiro...