12.

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Thorkell rascaba su barba mientras observaba paisaje, tenía sus labios fruncidos y estaba pensativo, y cada vez que esta así, hace un sonido con su boca de “hmm...”.

Asgeir, quien estaba escondido entre unos arbustos y sosteniendo un rifle, él suspiro y miró al giganton.

—Thorkell, ¿podrías dejar de hacer tanto ruido?—espetó.

—Es que esto es tan aburrido.—canturreo.

—Tenemos que ser pacientes, el ciervo aparecerá en cualquier momento.—dijo.—Y tenemos que ser pacientes, ¿así quieres vencer a Sweyn?

—Un guerrero no necesita la paciencia.—excusó.

Asgeir solo bufo y dejó salir una sonrisa.

—Lo que tú digas grandulon.

Thorkell busco en el gran bulto algo que comer, encontró unas nueces, frunció el ceño.

El rubio no esperaba encontrase algo tan pequeño y que no sacearia su apetito.

Thorkell bufo.

—Bueno, es mejor que nada.—susurro para sí mismo.

Asgeir, al ver que cuando llegó el más alto a su lado otra vez, se estaba comiendo sus nueces, este se molesto.

—¡Thorkell, esas son mis nueces!—exclamó.

—Shh, haces mucho ruido, Asgeir, ahuyentaras a los ciervos.

Asgeir bufo por lo bajo.

Este hombre...—pensó Asgeir.—Por cierto, ¿con quien estabas peleando ayer?

Thorkell trago las nueces.

—Con un chico, su nombre es Thorfinn, él es bastante fuerte y bueno.—contestó.

—¿Y porque peleaste con él?

—E-estaba aburrido y cuando fui al hospital me encontré con tres chicos, y al verlos no pude evitar interesarme en quien les hizo eso.—dijo, con sus labios fruncidos.

—Tú y tu obsecion con las peleas, jefe.

—Digamos que sólo vivo para eso.—dijo.—Es para lo único que valgo.

Asgeir al oír eso, se lo tomó de una manera pesimista, pero sonrió, se paró y rodeo su brazo por el cuerpo enorme de Thorkell.

El más alto le miró, al ver esa sonrisa en su rostro, también le sonrió.

—No sólo tú, los dos.—dijo.—¿Se te olvidó que siempre te acompañare?

Thorkell al oír esas palabras estaba intentando decir algunas, pero no pudo pronunciar nada de manera coherente por las nueces en su boca.

—No entiendo nada con esas nueces en tu boca.

Thorkell las trago y bufo.

—Te dije: te quiero, Asgeir.

El nombrado sonrió.

—Yo igual, jefe.—rió.

Thorfinn y Canute estaban en el centro comercial, compraban algo de ropa para ellos, a parte de que así conseguían tiempo libre para ellos y comían algo para platicar.

—¿Seguro de que estas bien?—progento por vigésima vez Canute.

—Si, ya te dije que si.—contestó.

—Pero tus heridas... Me siento un poco culpable por que hayas venido en ese estado.—sonrió nervioso.

—No importa.—espetó.—Fue mi desicion, y si es por acompañarte, realmente no me molesta el dolor.

You Lose Control, Again. [Thornute] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora