19.

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Lejos, en un almacén cerca del mar.

Estos almacenes estaban abandonados, antes que se usaban para la pesca, ahora fueron abandonados por la falta de buena paga de los jefes.

Askeladd y su banda llevaron a Canute a este lugar.

Canute estaba aún en shock por la muerte de Ragnar, no era consciente de nada a su alrededor, porque ya no le importaba.

-¡Gratiannus!-llamó Askeladd.

Un hombre de aspecto mayor, viejo, entró, con una cara algo caída por las arrugas, se veía de mal humor, pero esa era su cara habitual.

Gratiannus se acercó a Askeladd, ambos estrecharon sus manos.

-Askeladd.-saludo.

El nombrado sonrió.

-Tenemos lo que querías, te trajimos aquí al mismísimo Canute en persona.

El mayor miro al rehén, quien estaba con la mirada perdida, sus ojos azules, perdieron su brillo, su bello rostro, estaba sombrío y pálido, parecía un maniquí.

-Esa es la cara de alguien que ha muerto en vida, Askeladd.

-Tuvimos ciertos inconvenientes para traerlo, por eso se ve así.-explicó.-Pero aquí está lo que acordamos, ahora podrás salvar a tu gente.

-Si, gracias, Askeladd.-dijo.-Por fin, con el hijo del gran Sweyn aquí como rehén, nuestras quejas y súplicas serán escuchadas.

Askeladd sonrió, más que el dinero, él había hecho este trabajo para ayudar el lugar donde había nacido. Por eso de su sonrisa tan vivaz.

-Lo sé, Gratiannus.

Canute, harto de oír aquello, chasqueo sus labios.

-No van a ganar nada.-espetó.

Askeladd y Gratiannus le miraron.

-¿Como dijiste?-replicó Askeladd.

-Que no ganarán nada.-repitió.-Sus deseos aún así no serán escuchados ni cumplidos.

-Lo único que queremos es que el político tan aclamado de Sweyn, quien es ex-presidente, y es la mano derecha del presidente, ayude a los barrios pobres donde nos criamos.-explicó Gratiannus.-¿Es tan difícil eso?

-A él no le importa eso.-dijo.-Se equivocaron de persona, debieron de secuestrar a mi hermano. Mi padre no me ama, él prefiere que yo muera.

Esa revelación sorprendió a todos los presentes. Triste, pero la verdad.

-Explicate mejor.

-Sweyn prefiere más a mi hermano que a mi, él piensa que no tengo madera para su mundo frío de política. ¿Entienden?-Canute, comenzó a reír a carcajadas.-¡Solo perdieron su tiempo!, nada de lo que hicieron tuvo sentido alguno.

Al decir aquello, Canute había recordado lo que le sucedió a Ragnar. A este punto, ya nada tenía sentido para Canute, su cordura estaba en juego, no le importaba nada.

-... Pero eso no quita que sea mi culpa.-arrugó su nariz, miro cabizbajo, y cerró sus ojos con fuerza, intentando evitar que las lágrimas salieran, pero al final lo hicieron.-Él murió, por mi culpa.

Todos los presentes, se quedaron en silencio, no sabían que decir, solo podían oír el llorar de Canute por todo el unísono.

Askeladd suspiro.

-Aún así, debe de haber una manera.-dijo.-Eres su sangre, llevas su apellido, una manera ha de haber, para que nos haga caso a nuestras demandas.-rasco su barba.-Y esa manera, son los medios.

Gratiannus se sorprendió por la gran idea de Askeladd.

-Claro, los políticos no quisieran dañar su imagen, que ya de por si esta pintada como ladrones. Si jugamos bien las cartas, puede que Sweyn se vea perjudicado, no sólo él, ¡también el mismo presidente!

-Exacto, eso lo obligaría a tomar cartas en el asunto lo antes posible.-dijo.-Y nuestras carta de triunfo en este niño, solo hay que utilizarlo bien.

Askeladd acarició la cabeza de Canute, el rubio mordió su labio inferior, evitando insultar al mayor por su acto.

-Bueno, Askeladd, ven, planearemos las cosas en privado. Tus hombres que descansen. Deja a Canute en manos de Asser.

-Esta bien.

Askeladd, quien tenía la mente en triunfo, pensando que su plan saldría a la perfección y dejándole todo a la suerte, empezó a planear con Gratiannus sus movidas en el asunto.

-Oye, Asgeir.

-Dime, jefe.

-¿No has sabido nada de Canute?

-Nuestros hombres vieron las noticias, ahí transmitiron el secuestro de Canute con videos que grabó la gente.

-No quiero saber de videos,-canturreo.-queiro saber de Canute.

-Digamos que tenemos una pista, uno de nuestros hombres cree saber donde están.

-¿Enserio?

-Si, es uno de nuestros mejores rastreadores.-dijo.-Creo que mencionó algo sobre un almacén.

Thorkell chocó sus puños, exaltado y con una barbara sonrisa en su rostro.

-¡Excelente!, ¡puedo saborear la victoria!

Thorkell, quien estaba sin ropa superior, sentado en el suelo, mientras que Asgeir solo le miraba, el mayor ya había terminado de pelear con un grupo de jóvenes busca pleitos, que se habían creído la gran cosa, Asgeir le había ayudado.

Thorkell y su banda festejaban y disfrutaron de aquella pelea mientras bebían unas deliciosas y frías cervezas en aquel bar.

-¡Por nuestra captura a Canute!


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You Lose Control, Again. [Thornute] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora