Capitulo ocho ~Acercamientos~

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—Mierda- gritó Ben desde el balcón-.

—¿Qué te paso?- preguntó Gwil entre risas al ver a su amigo mover su mano desesperadamente- ¿Qué pasa?

—Ese maldito cactus, lo voy a tirar por el balcón.

—¿Qué pasa con mi cactus?- preguntó Sofia detras de ellos-.

—Ben lo quiere tirar por el balcón.

—Gwil- se quejó el rubio-.

—¿Por qué lo quieres tirar?

—Mira lo que me hizo- le mostró la mano llena de espinas-.

—Ay Ben, ¿Nunca te dijeron que no puedes tocar los cactus? Es obvio que ese será el resultado.

—Yo no lo toque.

—Claro, porque el cactus camino hacia ti- lo miró seria-. Voy por unas pinzas.

—Pinzas?

—Para quitarte las espinas- dijo obvia-. ¿O quieres quedartelas de recuerdo?

—Apurate por favor- suplicó-.

—A mi no me apures. Lo hubieras pensado antes de tocar a mi bebé- el soltó una pequeña risa-.

—Yo continuaré con el amuerzo- dijo Gwil entrando tras ella-.

(...)

—Au- hizo una mueca-. Mierda Sofia me duele.

—Te aguantas- lo apuntó con las pinzas- Quién te manda a andar tocando los cactus, boludo.

—¿Qué?

—Nada.

—Te ves linda cuando hablas en español.

—Gracias- sonrió-. Cuando quieras te enseño.

—Me encantaría.

—Ahora, ¿Me dirás qué pasó con el cactus?

—Casi lo tiro- hizo una mueca-. Accidentalmente- se excusó-, y al impedir su caída, bueno...

Ella comenzó a reír suavemente mientras negaba. Sus caras estaban muy cerca, sus respiraciones mezcladas. Sofia quitaba las espinas con mucho cuidado para no romperlas, algunas lo habían lastimado mucho, causando sangrado.

—¿Sof?- ella hizo un sonido de pregunta y él se mantuvo en silencio-.

—¿Duele mucho?- detuvo lo que estaba haciendo-.

—Arde- murmuró-.

—Es normal- lo miró-. Bien, últimas cuatro. No seas una niña.

En ese momento Ben tomó su menton y la obligó a mirarlo. Lo vió acercarse, iba a besarla. Rozó sus narices y sus labios.

—¿Puedo?- ella sonrió y asintió-.

—No preguntes- soltó una risita-.

—No te rías, arruinas el momento.

Ella cerró los ojos y el sonrió, la tomó levemente del cuello acercandola, cuando sus labios al fin rozaron...

—Sofi- gritó Gwil desde la cocina haciendolos separar-. Necesito ayuda, ¿Terminaron de jugar a la doctora?- ambos rieron-.

—Gwil, siempre tan inoportuno- dijo el negando-.

(...)

Ben cerró la puerta y vió a Joe y Sofia durmiendo en el sillón uno encima del otro, en la televisión se veía una pelicula de terror, se escuchaban gritos y se veía sangre por todos lados. Típico de esos dos, dormirse en medio de las peliculas sin importar el género. Sonrió al verlos y los despertó, Joe se fué a regañadientes a la habitación, no se preocupo por decir buenas noches o por llevar a su amiga a su habitación, simplemente la dejó ahí. Ben tocó su brazo suavemente para despertarla. Esta entre quejidos se sentó y lo miró confundida.

—Sofia, vamos, a dormir- apagó la television-.

—Cargame- hizo puchero-. Porfi.

—No entiendo cuando me hablas en español- sonrió-.

—Callate la boca y llevame- él comenzó a reir-.

—Estás siendo un poco grosera, lo sé por tu tono- dijo cerca de su cara-. ¿Qué quieres?

—Por favor Beni, ¿Me llevas a la cama? Estoy muy cansada- estiró sus brazos-. Por favor.

Él solo sonrió y la tomó en brazos como recién casados, sus caras estaban muy cerca, podía oler el vino que había tomado horas antes. Cuando la dejó en la cama ella tomó su mano y lo acercó.

—¿Qué tal tu cita?

—No me quejo.

—¿Fué una mierda?- ella comenzó a reír-.

—La peor de todas- ambos rieron-.

—Apuesto a que hablo de ella durante toda la noche.

—¿Cómo lo sabes?- ella se encogió de hombros-.

—Lucía como esa clase de chica.

Era cierto, su cita había sido un completo fracaso, Lucy le había presentado a una amiga para que saliera, pero la joven resultó todo lo opuesto a lo que la rubia le había contado.
Toda la cita había hablado de ella, de sus ex-novios, de sus planes de viajes y de lo inconforme que estaba con su trabajo. Cada vez que Ben quería hablar lo interrumpía.

—Ya, a dormir.

—¿Te quedas a dormir conmigo?

—No puedo, Gwil me mataría.

Oh por favor.

—Muy bien señorita, buenas noches- besó su frente y ella estiró los labios haciendolo reís-. Nos vemos mañana- murmuró cerca de sus labios-.

Tentado a hacerlo miraba los labios de ella, pero simplemente no podía, había algo dentro de él que se lo impedía. A pesar de que unos días antes había estado a milimetros de hacerlo, esa vez simplemente no pudo.

—¿No hay besito?

—Tal vez otro día.

—Sos re mala onda.

—Si si si. Como digas- salió de la habitación-.

—Buenas noches Beni.

—Buenas noches bonita- dijo para luego cerrar la puerta sin saber que esa noche no podría consiliar el sueño, sino que se la pasaría pensando cómo sería besar esos labios que lo mataban-.

En sus sueños los ojos de ella era lo que veía, su voz pronunciando su nombre, su risa y sus amigos detras intentando juntarlos para que al fin se besaran y se confesaran sus sentimientos.
No sabía que ese sueño estaba pasando en la vida real. Sus amigos intentaban que ambos confesaran sus sentimientos. La cita que Lucy había programado era un truco para que Ben se diera cuenta de que sentía cosas por la castaña. Pero él era tan terco que no lo admitía y tampoco lo veía.

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