Capitulo veintisiete ~Adiós~

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Narra Sofia:

Desperté por el sonido de mi celular, me estiré y noté que Alex no estaba a mi lado, revisé el celular y vi que eran más de las dos de la tarde. Tenía algunos recuerdos vagos de anoche.
Hablando con Joe y Layla, bromeando con Ben y Rami y bailando con Alex y Lucy. Gwil y Phoebe como siempre estaban en su mundo sin prestarle mucha atención a los demás.
Me levanté y me puse un suéter de Alex, caminé a la sala y lo encontré en el sofá.

—Buenas tardes dormilona- sonrió al verme-. Iba a despertarte.

—Hola cariño.

—Vaya noche.

Me senté a su lado a mirar televisión mientras hablábamos de lo que había pasado anoche. Respiré hondo y cuando abrí mi boca decidida a hablar él me interrumpió.

—Tengo algo para ti.

—No... Alex, necesito hablar contigo.

—Solo espera, ¿Si?

Me moví en el sillón muy incomoda, Zayn caminó a su abrigo y buscó algo dentro, se acercó con sus manos en su espalda y sonrió.

—Eres una persona genial- mierda-. Tan única y diferente a las demás- mierda otra vez-.

—Alex...- dije algo desesperada-.

—Por favor- me quedé en silencio- sé que estos meses hemos estado muy distanciados, que no he tenido tiempo para ti y que tal vez has dudado un poco sobre nosotros- asentí-. También sé que tendríamos que haber hecho lo nuestro más formal hace mucho tiempo.

Acercó su mano y en ella había una caja de terciopelo azul. La abrió y se veía un hermoso anillo. Abrí mis ojos y mi boca un poco, estaba demasiado sorprendida y asustada, hasta sentí como empezaba a temblar.

—Tranquila, no estoy pidiendo que te cases conmigo- reí nerviosa-. Es solo, algo que quiero darte, como una especie de agradecimiento por lo que has hecho por mi todo este tiempo, por aguantarme y tenerme tanta paciencia. Eres una persona increíble Sofi, hermosa, inteligente, encantadora, simplemente perfecta.

—Es hermoso Zayn, pero no puedo aceptarlo- dije demasiado nerviosa mirando mis manos-. Yo-

—¿Es por Ben, cierto?- lo miré inmediatamente-. Lo sabía- suspiró-. Noté la manera en que te miraba anoche, y era más que obvio que era a ti a quien le cantaba esa canción, aunque pareciera que lo hacía por diversión y para Lucy, te estaba mirando a ti.

—Lo siento mucho.

—Es entendible, estos meses lejos, no te culpo!

—¡No!- frunció el ceño-. Juro que no hice nada.

—No me tienes que jurar nada Sofi.

—En serio- agarré sus manos- lo juro, quería hablar contigo primero.

—Está bien, supongo.

Nos quedamos en silencio, por dentro me sentía la peor mierda.

—¿Esperabas otra reacción, no?

—No lo sé- reí nerviosa-. Quiero decir, sabía que no ibas a gritar y golpear cosas- me sonrió-.

—No, no soy así.

—Claro que no- reí-. Eres demasiado perfecto.

—Pero no soy Ben- fruncí el ceño-.

—En serio lo lamento mucho Alex.

—Ey, está bien. Quiero que seas feliz, y lo que dije hace unos momentos, sigo sosteniendolo, eres una mujer increíble. Respecto al anillo, si no te molesta, me encantaría que lo conservaras.

—¿En serio? ¿Seguro?

—Si, tal vez sea lo mejor para ambos después de todo.

—¿A qué te refieres?

—Quiero decir, en serio me gustas y te aprecio mucho.

—Pero...

—Me ofrecieron trabajo en Liverpool. Iba a preguntarte si querías venir conmigo, estaba entre eso o rechazar la oferta.

—Es una gran noticia.

—Si, lo es- sonrió-. Quiero que me prometas algo.

—¿De acuerdo?- dije no muy convencida-.

—Tranquila- rió-. Si necesitas algo, lo que sea, cuando sea, no dudes en llamarme, ¿Si?- asentí-. Y se feliz, que nadie te lo impida, que nadie te quite esa alegría que llevas contigo- sonreí-. Y conserva el anillo- besó mi mano-.

Colocó en anillo en uno de mis dedos y sonrió.

—Es hermoso Alex, muchas gracias.

Besó por última vez mis labios y fue a la habitación para llevarse las pocas cosas que tenía.

—Me olvidé- estaba por sacarme el suéter-.

—No, conservalo, te queda mejor a ti. Espero que Ben se de cuenta de la mujer que eres- sonrió- y que aprecie lo que estás haciendo.

—Alex en serio lo lamento.

—Debería matarlo, por robarme a mi chica- suspiró-. Espero que todo salga más que bien entre ustedes. No olvides visitarme.

—Juro que iré a verte- me abrazó-.

—Adiós hermosa.

En parte me sentía aliviada y en parte triste, confundida y algo culpable.
Pasé el resto del día en cama mirando películas con el celular apagado, necesitaba un respiro, no quería hablar con nadie.

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