Día 24. Caído
Número de palabras: 1276
Sinopsis: Nadie dijo que esto iba a ser un lecho de rosas.
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Crowley se levantó sobresaltado de la cama, con las pesadillas atormentándolo como no lo habían hecho desde hace años. Sintió como sus ojos se empiezan a empeñar de lágrimas y una opresión en el pecho dolorosamente familiar. Comenzó a palpar con frenetismo el lado izquierdo de su cama, en busca de lo único que le podía dar consuelo en ese momento. Para su fortuna, lo encontró. El sentir la calidez que le proporcionaba el ángel junto a él, de inmediato le dio una sensación de alivio que ayudo a mitigar la ansiedad que sentía.
—¿Crow... Crowley? —murmuró Aziraphale con somnolencia al sentir la tensa mano de Crowley en busca de un consuelo.
Crowley ni siquiera pudo pronunciar una palabra, sintió como sus labios temblaban y una impotencia y miedo se apoderaban de él. Agradeció estar recostado en su cama porque de haber estado parado hubiera caído de rodillas en el suelo.
—Crowley, querido, ¿Qué te pasa? —Aziraphale levantó una mano para tocar la mejilla de Crowley, pero el pelirrojo se apartó bruscamente.
—Déjame —sollozó, Aziraphale lanzó un suspiro, ese no era Crowley, era la ansiedad hablando.
—Querido, ¿Necesitas hablar?
Crowley negó.
—¿Quieres que me quede contigo?
Esta vez, el demonio asintió.
Aziraphale acarició con cariño el cabello del pelirrojo, la única forma que conocía para darle paz y tranquilidad al manojo de ansiedades que podía llegar a ser su demonio.
Crowley se dejó tocar por el rubio, sintiendo como cada caricia que le daba su ángel era como un bálsamo que curaba todas sus cicatrices, físicas y emocionales.
Cerró los ojos mientras Aziraphale seguía calmándolo y él trataba de controlar su respiración, que en ese momento era demasiado rápida para ser considerada normal, incluso para un demonio. Efectos colaterales de la ansiedad, o al menos, eso creía.
Abrió los ojos cuando sintió que el temor lo estaba abandonando poco a poco. Lo primero que encontró fueron los ojos de Aziraphale, que trataban de darle la calma y el sosiego necesario.
La azul mirada de Aziraphale le daba toda la calma que necesitaba, lo hacía sentir en casa, a donde pertenecía después de 6000 años de tremenda soledad.
—Estoy aquí, Crowley —le calmó Aziraphale —Y no pienso ir a ningún otro lado.
Crowley empezó a tranquilizarse, cerrando y apretando fuertemente los ojos, intentando que las lágrimas no escaparan de sus ojos.
—Pensé que te perdía —susurró con la voz ronca, atrayendo a Aziraphale hacia él y apretándolo con fuerza, como si en un simple pestañeo fuera a desaparecer.
—No me vas a perder —le dijo el ángel con dulzura, acariciando su mejilla donde aun había rastros de las lágrimas que la habían recorrido.
Tu no lo entiendes —su voz sonó quebrada —Estoy maldito
Aquello hizo callar a Aziraphale, lo único que hizo fue acariciar la mejilla del pelirrojo, tratando de calmarlo mientras intentaba procesar lo dicho.
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Somos Inefables #Fictober2019 #IneffableLATAM
Fanfiction"Aquello que no se puede explicar en palabras, por ser sublime y tener cualidades excelsas" Y ¿que podría ser más inefable que aquellos dos idiotas que llevan más de 6000 años amándose? Colección de Drabbles/One-shots basados en el libro y serie de...