✾ Día 5. Libros ✾

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Día 5. Libros

Número de palabras: 1440

Sinopsis: 5 veces que Crowley le regaló libros a Aziraphale (Y una vez que Aziraphale le regaló uno a Crowley)

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Crowley odiaba leer, eso no era un secreto. En realidad, no es que lo aborreciera, solo que no era común (por no decir insólito) que un demonio tomara un libro y se dispusiera a leerlo.

Es más, fueron los mismos demonios quienes estuvieron detrás de las quemas de libros más famosas de la historia.

Consecuentemente, Crowley jamás había tenido ni la oportunidad ni el deseo de leer. Se conformaba con mantener una relación neutral con los libros.

Pero, aun así, los libros no se mantenían lejos de la vida del demonio. De hecho, por más que les rehuyera a los libros estos siempre estarían relacionados con él. Después de todo, ¿Quién le obligó a enamorarse de un ángel amante de la lectura?

El demonio rápidamente descubrió la pasión por la lectura del rubio. Concretamente, la descubrió durante su tiempo en el Antiguo Egipto, donde Aziraphale había pasado la mayoría de su tiempo en la biblioteca de Alejandría, Oh, cómo le dolió cuando esta se incendió.

El gran amor que le tenía al rubio (acompañado de su sempiterno e inconsciente deseo por complacerlo) lo había llevado a traicionar uno de los principios más importantes de los demonios (sí, aunque pareciera imposible, claro que tenían): Tocar un libro.

O lo que es lo mismo: Regalarle libros a Aziraphale.

[...]

Fecha desconocida.

Aziraphale cayó de rodillas mientras veía como la gran y majestuosa biblioteca de Alejandría ardía hasta los cimientos. A su alrededor, varias personas corrían de un lado para el otro, tratando, infructuosamente de salvar, aunque fuera una pequeña parte del edificio.

Sus ojos se humedecían mientras sentía una gran impotencia, ¿era acaso eso parte del gran plan? Tanto conocimiento perdido y él sin poder hacer nada.

Estaba tan abstraído el desastre frente a él que no se dio cuenta de la figura que se fijaba a su lado hasta que sintió como esta le tocaba el hombro con delicadeza.

Volteo a ver, totalmente sobresaltado a la alta figura negra a su lado. Nada más ni menos que el demonio Crowley.

—Tú —le acusó apenas lo vio —Tú fuiste culpable de este desastre, ¿no es así?

Realmente no creía que el demonio fuera el responsable del desastre, por más demonio que fuera, solo se encontraba totalmente furioso y sentía el desea de desquitarse con alguien.

El pelirrojo no dijo nada, tan solo frunció ligeramente su expresión para después dejar algo sobre su regazo. Se retiró sin decir ninguna palabra, se fue tan silenciosamente como llego.

Aziraphale solo lo miro irse completamente anonadado, cuando volvió la vista hacia su regazo vio un texto encuadernado, algo chamuscado, pero aun así útil.

Lo tomó y abrió con delicadeza, cuidando no dañarlo más. En la primera página estaba escrito un mensaje a puño y letra del demonio.

"Un pequeño milagro no hace daño, ¿verdad? Atesóralo"

Somos Inefables #Fictober2019 #IneffableLATAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora