✾ Día 31. Inefable ✾

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Día 31. Inefable

Número de palabras: 2068

Notas: Referencias a mis historias anteriores.

Sinopsis: Después de 6000 años, por fin, la boda inefable. O también conocido como The One with The Last One.

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Hace 5 años, Anathema jamás hubiera pensado que así sería su vida, casada con un hombre que le amaba más allá de quien era descendiente y viviendo una vida apacible lejos de profecías y presagios. Aunque tampoco esperaba encontrarse golpeando con insistencia la ventana de un Bentley, tratando infructuosamente de llamar la atención del dueño.

—¡Ábreme o romperé la ventana con mi tacón! —amenazó con furia tras 5 minutos sin recibir respuesta.

Por fin, luego de mucha insistencia, la ventanilla del auto bajó, dejando ver al dueño de este, quien con en una mano llevaba un cigarro aún humeante y con la otra se masajeaba la cabeza. El humo que salía del automóvil hizo toser a Anathema.

—¿Qué quieres? —inquirió el demonio con la voz ronca.

—¡¿Estás borracho?! ¡¿Y en el día de tu boda?! —chilló con enojo la bruja al ver el estado de su antiguo mentor.

Aquella insinuación pareció haber despabilado por completo al pelirrojo quien inmediatamente exclamó indignado —¡Cómo crees! ¿Me crees capaz de hacer eso?

—Crowley, en mi boda con Newt tomaste tanto que terminaste cantando "Love of My Life" en tu auto. —le recordó con sorna —Por cierto, no cantas bonito.

Crowley resopló mientras salía del auto —Esa vez no cuenta, además mi ángel me dejo plantado en la pista de baile, ¿Que querías que hiciera?

"No tomar, quizás" quiso decir Anathema, pero prefirió contenerse al ver que el demonio era víctima de los típicos nervios antes de la boda.

—Estoy nervioso, está bien. —aceptó con voz derrotada —Es solo que he esperado este día por siglos...

—Y temes que Aziraphale se arrepienta —añadió Anathema con suspicacia.

Crowley asintió levemente con la cabeza —¿Crees que se arrepienta? —preguntó temeroso de la posibilidad.

Anathema negó con la cabeza para luego acercarse al demonio y ayudarle a arreglar el traje para evitar que su nerviosismo le jugara una mala pasada.

—Crowley —dijo mientras acomodaba su corbata -Hay más probabilidades de Satanás salga del infierno a bailar Cancán a que Aziraphale te deje plantado en el altar, por favor, cálmate.

Crowley dejó escapar un suspiro -Supongo que tienes razón, son solo los nervios.

—Además —quiso agregar Anathema -Si Aziraphale y tú se separaran, eso significaría que el amor no existe y que no vale la pena amar en este mundo.

El demonio alzó una ceja, todavía sorprendido por la atroz imaginación que poseía su discípula. No sabía de donde había sacado aquella fantasiosa mente (Jamás admitirá que él fue el culpable de eso)

—Ya estás listo —Anathema golpeo cariñosamente su mejilla, indicándole lo antes dicho. -Ahora ve a casarte. Has esperado este momento por más de 6000 años.

—Incluso más —añadió Crowley por lo bajo. Anathema no sabía que antes de ser un demonio, él era un ser celestial, un arcángel para ser exactos, que se llamaba Raphael y que desde ese entonces había amado a Aziraphale. Él lo había amado incluso antes de saber que estaba enamorado de él.

Somos Inefables #Fictober2019 #IneffableLATAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora