✾ Día 9. Música ✾

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Día 9. Música

Número de palabras: 877

Sinopsis: La música era sorprendente. Capaz de hacer que tanto ángeles y demonio se dejen llevar por su ritmo. Y hay cierto demonio pelirrojo para el cual la música es más que un sonido.

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Siguió fumando, dejando que el humo entrara en sus fosas nasales, viajando prontamente hacia sus pulmones, que si fuera humano causaría ciertas fatalidades en su salud de las cuales era inmune debido a su naturaleza demoníaca.

Chocó su cabeza contra la pared detrás de él. Sentando junto a la ventana que daba a la ciudad, colocó sus manos en la superficie vidriosa, casi como si pudiera sentir la ciudad entre sus dedos. La ciudad londinense, casi tan grande como los pecados presentes en ella.

Era de aquellos momentos taciturnos y melancólicos, donde se repetía en voz baja que él nunca quiso caer, que fueron las malas compañías y la mala suerte quienes escribieron su fatalidad en piedra.

En momentos como aquellos se volcaría totalmente a la bebida, tratando de ahogar penas y nublar el dolor entre el alcohol, acallando, al menos por unas horas su remordimiento.

Pero hasta el demonio sabía que el alcohol no siempre podría saciar sus ganas de olvidar, por lo que decidió hacer lo único que sabía hacer en aquellos casos.

Un simple chasquido y una guitarra acústica apareció en su regazo, incluso ya afinada para que cualquier músico, fuera aficionado o no, liberara tensiones tocando suavemente sus cuerdas.

Sostuvo la guitarra entre sus manos, un regalo del propio Johnny Cash, al que conoció cuando su vida era frenesí de drogas y problemas con la justicia.

Sintió una calidez entre sus manos, cuando la guitarra y sus dedos celebraron su reunión, tras mucho tiempo sin estar juntas.

Sonrió inconscientemente, después de tantos años en la tierra, era normal pensar que se había familiarizado con ciertos aspectos de la vida humana, entre ellos, la música.

La música. Sí, la música. El demonio se deleitaba con la música que los humanos habían producido desde que descubrieron que aquello era un arte. Desde los guitarrazos rápidos del Heavy metal hasta los melifluos sonidos que producían las teclas del piano al ser tocadas, el pelirrojo amaba todo lo que tuviera que ver con música.

Y aunque Queen fuera su amor número uno cuando se trataba de música, el demonio también tenía una música muy especial guardada en su corazón.

Country. Concretamente, Johnny Cash, un hombre que parecía más un demonio caído que ser humano. El melancólico hombre de negro con quien el demonio se identificó poco después de conocerlo.

Se identificaba con cada una de las letras melancólicas del hombre, a quien le pidió algunas clases privadas de guitarra, por una parte, para impresionar a cierto ángel y otra para poder combatir el aburrimiento.

Empezó a tocar la guitarra con delicadeza, dejándose llevar por el suave sonido que emitía.

Tocaba las cuerdas de la guitarra con una maestría propia de aquellos que habían practicado su usanza desde su plena juventud (o en el caso de un demonio, desde hace mucho, mucho tiempo)

La música se había convertido en su vía de escape cuando el alcohol parecía exiguo para el cuerpo de un demonio y los arrepentimientos le atormentaban en las noches más oscuras.

Empezó a cantar, con una voz grave y varonil que había perfeccionado con el pasar del tiempo.

Well, I won't back down, no, I won't back down

You can stand me up at the gates of hell

But I won't back down

Sintió una especie de escalofríos al cantar esa parte, pero eso no impidió que siguiera cantando, incluso con más poderío de el que había iniciado.

Gonna stand my ground, won't be turned around

And I'll keep this world from draggin' me down

Gonna stand my ground and I won't back down

Cualquiera que hubiera estado cerca del apartamento del demonio en ese momento, hubiera podido escuchar y deleitarse con la melódica voz del pelirrojo, quien cantaba con un sentimiento casi palpable que era capaz de embelesar a cualquier que lo oyera.

Hey baby, there ain't no easy way out

Hey, I will stand my ground and I won't back down

No puedo evitar que unas lágrimas traicioneras salieran de sus ojos, pero eso no impidió que siguiera tocado aquella triste pero sublime música.

Well, I know what's right, I got just one life

In a world that keeps on pushin' me around

But I stand my ground and I won't back down

La música tenía un efecto sorprendente, tanto en humanos como en ángeles y demonios, una pocas palabras y melodías eran capaces de hacer que alguien se sentara a pensar en su vida y en sus errores mientras la música expandía por los alrededores.

Hey baby, there ain't no easy way out

Hey I will stand my ground and I won't back down

No, I won't back down

Terminó de tocar la canción, sintiendo como las inquietudes dentro de él se amilanaban con tan solo tocar unos acordes y dejar que el corazón hablara y no la cabeza.

Con otro chasquido, hizo desaparecer la guitarra, volviendo a ese semblante nostálgico y melancólico. Dejó caer la cabeza contra la pared, casi sintiendo el deseo de aparecer una botella de whisky para tratar de aminorar aún más la desgracia de su interior.

Estaba a punto de cerrar los ojos, dejándose llevar por el abatimiento cuando escucho como alguien tocaba la puerta. Su corazón dio un salto, él ya sabía de quién se trataba.

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Somos Inefables #Fictober2019 #IneffableLATAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora